“Es la Argentina un caso típico de fracaso de las recomendaciones del FMI?”

El título de este artículo no me pertenece. Lo tomé de un cuestionario que me envió una periodista acreditada ante el Ministerio de Economía. Ella está haciendo una investigación sobre el papel jugado por el FMI en las decisiones de política económica adoptadas por la Argentina en los últimos 15 años. Me parece interesante reproducir, para mis lectores, la descripción de los hechos que hace la periodista, antes de formular las preguntas, y los comentarios que yo me sentí obligado a realizar, antes de dar mis respuestas.

La descripción de la periodista y sus preguntas aparecen a continuación, en negritas y entre comillas. Mis comentarios y respuestas aparecen intercalados entre esos párrafos.

Durante los años 90, la Argentina fue considerada el alumno ejemplar del FMI, porque implementó la mayor parte de las políticas sugeridas por esa institución.”

No es verdad que las políticas implementadas durante los 90 fueron sugeridas por el FMI. El FMI apoyó, sin entusiasmo al principio y con mucho entusiasmo después de que Argentina superó la Crisis Tequila, las políticas diseñadas por nosotros, en Argentina

.“Pero al final de 2001, el País sufrió una gran crisis que llevó al Default de su deuda pública, a una caída del 10.9% en el PBI en 2002 y dejó a la mitad de su población bajo la línea de pobreza. Cuando la Argentina suspendió los pagos, el FMI recomendó medidas tales como la libre flotación cambiaria y un fuerte superávit fiscal. El Gobierno Argentina no estuvo de acuerdo porque pensó que esas medidas llevarían a la hiperinflación, profundizaría la depresión y empujaría a más argentinos a la indigencia.

En líneas generales, lo que hizo Argentina desde el 20 de diciembre de 2001 hasta que asumió Kirshner fue lo que el FMI quería y sugería, salvo detalles de implementación.Cuando el FMI anunció que no haría el desembolso correspondiente a noviembre de 2001, de hecho quitó apoyo al proceso de reestructuración ordenada de la deuda que había comenzado el 1 de noviembre de 2001 y que había permitido transformar 55 mil millones de dólares de bonos y préstamos bancarios a altas tasas de interés en un préstamo garantizado con una tasa máxima de 7 % anual con alargamiento de 3 años en todos los plazos de vencimiento. Esto significaba una reducción de la factura anual de intereses de 4 mil millones de dólares.El FMI consideró que el Préstamo Garantizado significaba un tratamiento más favorable a la deuda con los fondos de pensiones y los acreedores argentinos que la que se daría a los tenedores de bonos del exterior, que habían decidido no participar en el Préstamo Garantizado. Por esta razón empujaron a la Argentina al Default, tanto de la Deuda Externa en bonos como de la Deuda interna , en bonos y en prestamos bancarios. El Default de la Deuda Externa (que a esa altura era solo de 42 mil millones de dólares, dado que el resto se había transformado en el Préstamo Garantizado) fue decidido por Rodrigues Saa. Pero el Default de la Deuda Interna (el denominado “Préstamo Garantizado”, por aproximadamente, 55 mil millones) fue decidido por Duhalde a través de la Pesificación combinada con Devaluación y reducción compulsiva de la tasa de interés del Préstamo Garantizado de 7 a 4%.Rodrigues Saa y Duhalde hicieron lo que el FMI habia buscado al quitarle el apoyo a la reestructuración ordenada de la deuda que habíamos iniciado el 1 de noviembre de 2001.El FMI, además de la Pesificación y la Devaluación, quería la libre flotación del Peso, cosa que consiguió en pocas semanas. Duhalde decidió la libre flotación. Desde febrero de 2001 hasta mayo del 2003, el manejo cambiario y fiscal estuvo en línea con lo que quería y recomendaba el FMI, salvo las intervenciones circunstanciales, vendiendo o comprando dólares que decidió el Banco Central, pero que no alteraron substancialmente el curso de la cotización del Peso. La hiperinflación se evitó con el estricto control del gasto público, fundamentalmente sueldos y jubilaciones, que cayeron, en términos reales, alrededor del 30 %. Esto era lo que recomendaba el FMI, así que mal puede decirse que el Gobierno evitó la hiperinflación por no seguir los consejos del FMI.

Sin seguir las recomendaciones del FMI y sin ayuda externa, la Argentina consiguió altas tasa de crecimiento económico (su PBI creció 8.8 % en 2003 y 9 % en 2004), logró mantener baja la inflación (el índice de precios subió 3.7 % en 2003 y 6.1 % en 2004), fue capaz de mantener un elevado superávit fiscal (5.5% del PBI en el 2004) y bajó la tasa de desempleo (desde 20.4 % de la población económicamente activa en el primer trimestre de 2003 al 12.1 % en el cuarto trimestre de 2004)

Es obvio que la causalidad que se pretende establecer entre “sin seguir las recomendaciones del FMI y sin ayuda externa” y el crecimiento con estabilidad desde 2003, es una típica falacia de composición

El Gobierno Argentina cree que el FMI dio malos consejos a la Argentina. ¿Usted está de acuerdo?”

Hay que distinguir entre el apoyo que brindó a las políticas del 90 y las decisiones que adoptó a partir de noviembre de 2001. El apoyo era lo que correspondía, dado que en 1991 la Argentina había decidido implementar un plan propio, apoyado por la mayor parte de la población y del espectro político y que permitió eliminar no sólo la hiperinflación sino también la inflación crónica que Argentina había sufrido durante 40 años. Además, durante 8 años, ese plan permitió el crecimiento económico y revirtió de inmediato el efecto contagio de la crisis Tequila. Si el FMI no hubiera apoyado estas políticas habría faltado a su obligación institucional.El gran error del FMI fue quitar el apoyo al proceso de reestructuración ordenada de la deuda que se había iniciado el 1 de noviembre de 2001 y que hacia fines de ese mes ya había permitido refinanciar a tasas de interés mucho más bajas alrededor de 55 mil millones de dólares. Todo lo que ocurrió en Argentina desde el 20 de diciembre de 2001 hasta mayo del 2003, fue consecuencia de ese error del FMI y de las políticas que no sólo sugirió, sino que consiguió que Duhalde implementara.

En su origen el FMI y las organizaciones multilaterales fueron creadas para asistir a los países en su proceso de desarrollo. ¿Usted piensa que el FMI logró estos objetivos con sus recomendaciones?”“En relación a su respuesta anterior, ¿cree usted que el rol del FMI debería ser redefinido?

El FMI fue creado para ayudar a los países a resolver crisis de pagos al exterior, no para asistir a los países en su desarrollo. Esta última es en todo caso la misión del Banco Mundial y del BID. El FMI ayudó, como correspondía, a resolver una crisis de pagos en los primeros años de los 90, a través del Plan Brady, y nuevamente en 1995, cuando la crisis Tequila, pero no cumplió con su misión en el 2001, cuando después de haber aprobado el Blindaje en diciembre de 2000 y su aumento, en agosto del 2001, abandonó a la Argentina en medio de un proceso de reestructuración ordenada de la deuda, en diciembre de 2001. Fue en este momento que indujo al País a adoptar las peores decisiones de su historia económica: el Default, La Pesificación y la Devaluación.

Argentina declaró el default sobre su deuda pública y luego de tres años de suspensión de pagos consiguió una quita del 65 % que aceptó el 75 % de los tenedores de bonos. ¿Usted cree que otros países seguirán el ejemplo de Argentina?

Yo no creo que otros países vayan a seguir el ejemplo de Argentina. La próxima vez que el FMI empuje a un País al Default, La Pesificación y la Devaluación, la dirigencia política de ese País verá en el espejo de la Argentina las terribles consecuencias de esas malas decisiones. De hecho, El Presidente Lula en Brasil, en enero de 2003, decidió hacer todo lo contrario a lo que había hecho Duhalde luego de su asunción, para que Brasil no sufriera en aquel año lo que Argentina había sufrido en 2002. Además, cualquier analista serio sabe que la quita que Argentina consiguió para su deuda apenas alcanza a compensar todo el aumento de la deuda que se originó en las compensaciones a bancos y ahorristas por la Pesificación, sin contar con todos los pasivos eventuales que se derivan de los juicios de los bonistas que no aceptaron el canje y de las empresas privatizadas ante el CIADI. Los resultados para argentina de todo el proceso de reestructuración “desordenada” de su deuda, tal como lo quiso y consiguió el FMI, ha sido un desastre para la Argentina. Ningún país serio va a seguir este mal ejemplo.

Puede haber una caída en el flujo de fondos a las economías emergentes como consecuencia del efecto contagio de las políticas de deuda que siguió Argentina desde fines de 2001?”

Por la misma razón explicada al responder la pregunta anterior, no hay ningún peligro de efecto contagio derivado de la forma desastrosa como Argentina encaró la reestructuración de su deuda a apartir del 20 de diciembre de 2001.