«Economía a Contramano»

El libro de Alfredo Saiat que lleva este título, constituye el marco conceptual en el que abreva el gobierno de Alberto Fernández para formular su política económica.

Para facilitar la interpretación de mis críticas al rumbo que está imprimiendo el gobierno a la economía, me permito reproducir algunas partes del capítulo primero de mi libro ¨Camino a la Estabilidad¨, que se refiere, precisamente, al libro de Alfredo Zaiat.

“Economía a contramano”

A Cristina Fernández de Kirchner le encantó el libro titulado “Economía a contramano” de Alfredo Zaiat. Luego de leerlo entiendo por qué. Comenzando con la introducción, Cristina debe haber encontrado que el libro probaría que ella es la líder política que está demostrando que el saber convencional en materia económica es totalmente erróneo y que, por fin, en Argentina, la política domina a la economía.

Dice Zaiat en la introducción, página 9:

La debacle argentina de 2001, y años más tarde la profunda crisis de Estados Unidos y Europa sin un horizonte cercano de resolución, ha puesto bajo cuestionamiento a la economía ortodoxa y ha abierto una ventana para empezar a revisar sus postulados, en la teoría y en la práctica. Ofrece a la academia y también a gobiernos la opción de caminar a contramano del saber convencional, que no puede explicar por qué se desarrollan las crisis y no conoce soluciones sin agudizar la desigualdad. El derrumbe y posterior recuperación de la economía argentina, el apasionante proceso político que se desarrolla en Latinoamérica, y la crisis de las potencias mundiales han puesto en jaque a la economía ortodoxa. Esos sucesos exhiben en toda dimensión el matrimonio existente entre economía y política”

Un poco más adelante, en la página 10 explica que en realidad los economistas ortodoxos pretenden que la economía sea “una doctrina abarcadora y excluyente. Conquista lo más alto del altar de la racionalidad, como si la economía fuera una sucesión de ecuaciones matemáticas sin que puedan afectarla factores sociales y políticos imprevistos, como sucede”…”La ortodoxia concibe el orden natural en el mercado libre. Es una religión con sus sacerdotes. El predominio de los dictados de la economía sobre el poder político, durante décadas, ha provocado la incorporación del concepto celestial de modelo al discurso habitual en el espacio político”.

Ya en la página 11 aclara que en realidad los “neoliberales” han utilizado la noción de “modelo” para engañar a los políticos, pero ese intento permite descubrir que la política económica no es un modelo:

“El neoliberalismo popularizó el sentido de modelo económico, para, en realidad, proponer un plan político al gobierno de turno, como lo hicieron la Fundación Mediterránea (Cavallo), el CEMA (Roque Fernández) o FIEL (López Murphy). Estos casos muestran, precisamente, que la política económica no es un modelo. Fueron proyectos políticos con objetivos económicos muy claros, algo bastante distinto a la definición teórica de modelo.”

Y remata en la página 12 con un final a toda orquesta:

“El paradigma de la economía ortodoxa mostró ser un fiasco, y está en crisis. El desafío es interpretarlo desde la economía política. La propuesta es atreverse a cuestionar postulados tradicionales de la economía convencional, el lugar de los economistas en la sociedad, las causas de la inflación, la relevancia de las estadísticas, el dólar, la deuda, el poder financiero y el rol del Estado en la economía y el papel de la burguesía en el desarrollo nacional. Este libro tiene el objetivo de ser un aporte en esta tarea de transitar la economía a contramano”

A esta altura de la lectura, me imagino a Cristina ansiosa por leer el resto del libro. Esa noche debe haberla pasado en vela, devorando la prometedora autopsia de la ortodoxia (o “neoliberalismo”) y la exaltación del nuevo paradigma: la economía kirchnerista.

La economía según Zaiat.

Revisando el capítulo Uno, titulado “La economía”, entre muchos lugares comunes encontré la piedra filosofal de la economía “heterodoxa” que alaba Zaiat y que enamora a Cristina. Está en la página 19 bajo el subtítulo “La economía de un país no se asemeja a una economía familiar”:

“Las familias administran su presupuesto destinando dinero al consumo inmediato y, cuando pueden, ahorran para poder gastar en el futuro. En cambio, los gobiernos pueden adquirir todos los bienes y servicios que quieran siempre y cuando los puedan comprar con la moneda que ellos emiten. Los gobiernos nunca se pueden quedar sin dinero porque lo emiten; Las familias no emiten dinero. Es una diferencia substancial para destruir el argumento de la austeridad, que está construido sobre falsedades. Este discurso lo padecen ahora los europeos, como aquí lo sufrimos en los noventa.”

“Los problemas de deuda de una economía nacional no son equiparables con los problemas de deuda de una familia individual. El cuentito de la ortodoxia dice que una familia que ha acumulado una deuda excesiva debe apretarse el cinturón y, por lo tanto, el Estado en una situación similar debe hacer lo mismo”.

Una primera advertencia para ayudar a Cristina: esta afirmación de Zaiat, que él atribuye a los economistas heterodoxos, es absolutamente falsa.

La verdad es que los gobiernos, como las familias, no pueden adquirir todos los bienes y servicios que quieran, salvo que tengan recursos genuinos (las familias ahorros o ingresos, en el caso de los gobiernos ahorros o recaudación) o gocen de crédito. Un gobierno, lo mismo que una familia, sin crédito, no puede gastar más de lo que recauda, incluido, por cierto, lo que recauda a través del impuesto inflacionario.

Zaiat indica en varios lugares que Estados Unidos y Europa son los ejemplos más claros de que el gasto público se puede pagar con el dinero que emiten sus respectivos bancos centrales. Está muy equivocado. Lo debería haber advertido si leyó sobre las consecuencias de la negativa republicana a autorizar la elevación de los límites al endeudamiento del tesoro que se discute anualmente. Cada vez que se trata ese tema y los republicanos se niegan a aumentar ese límite, los demócratas los hacen responsables de la paralización del Estado. De hecho, en 1995, Clinton dispuso cerrar el grueso de las oficinas del Estado y suspender sin goce de sueldo a millones de empleados públicos federales, porque el tesoro no se podía endeudar más. Recién cuando los republicanos votaron un incremento en el tope de endeudamiento, se reabrieron las oficinas públicas y los empleados volvieron a cobrar sus sueldos.

¿Cómo se financia el gobierno de los países bien organizados?

Cuando en Estados Unidos (o en cualquier otro país bien organizado) el gobierno decide gastar más de lo que recauda y no desea utilizar ahorros del pasado, no tiene otra alternativa que emitir títulos de deuda. Pueden ser bonos a largo plazo o letras del tesoro a plazos más cortos. Por eso se habla de que una política fiscal expansiva es una política que produce un déficit y ese déficit se financia con endeudamiento, es decir, accediendo al crédito público.  Y una política fiscal contractiva es una que genera superávit y permite reducir el endeudamiento (es decir, honrando el crédito público).

La FED (el Banco Central de los Estados Unidos) no puede prestarle directamente al gobierno. Lo que la FED puede hacer, y de hecho hace todo el tiempo, es comprar y vender bonos y letras del tesoro en el mercado secundario.

Si quiere aplicar una política monetaria expansiva, compra letras o bonos y las paga con dólares que emite. Si quiere aplicar una política monetaria más restrictiva vende letras o bonos que tiene en su activo y de esa forma reabsorbe dólares. La razón por la que se dice que la FED maneja la tasa de interés y no la cantidad de dinero es, precisamente, porque si quiere reabsorber dinero tiene que ofrecer una tasa de interés un poco mayor, para que el mercado le compre las letras y viceversa si lo que quiere es expandir la cantidad de dinero.

Hay que entender esta cuestión porque si no, se confunde a la política fiscal con la política monetaria. Y esa confusión lleva a graves errores. Puede ocurrir, sobre todo en circunstancias de recesión con riesgos de deflación, como ocurrió en Estados Unidos a partir de 2007 y en Europa a partir de 2008, que las políticas correctas sean política fiscal expansiva (es decir aumento del déficit y endeudamiento público) y también política monetaria expansiva (es decir la FED comprando bonos y letras del tesoro, o incluso hipotecas y otras deudas del sector privado y pagándolos con dólares).

Pero cuando desaparece el riesgo de deflación y, por el contrario, la tasa de inflación supera la meta, puede que la mezcla correcta sea una política fiscal todavía expansiva con una política monetaria que se torna contractiva. Esto es lo que la FED preanuncia que hará si la tasa de inflación supera la meta del 2%. Por eso se está hablando de “tapering” (reducción de los montos mensuales de las compras de bonos y letras por parte de la FED) y eventuales aumentos en la tasa de interés en el futuro. La política fiscal seguramente seguirá siendo expansiva mientras la tasa de desempleo no baje al 6.5 % y no haya claros síntomas de crecimiento sostenido.

El sentido común neoliberal.

La parte que más me asombró del capítulo uno del libro de Zaiat es la que comienza en la página 29, donde afirma:

Instituciones académicas, organismos internacionales y economistas han orientado su labor a la producción de sentido común neoliberal en circuitos socio-comunicacionales, apuntando con ello a la formación de opinión pública a escalas lo más amplias posibles

Las ideas neoliberales son parte del sentido común de grupos de población y, eventualmente, incluso de mayorías electorales y no sólo de ciertos partidos políticos, grupos empresarios y otros grupos de interés”[1]

Si no fuera así, sería difícil comprender la aceptación que alcanzaron, en ciertas coyunturas, esas ideas y quienes las preconizaron. Basta recordar la popularidad de Carlos Menem y Domingo Felipe Cavallo durante los noventa”

A Zaiat le resulta difícil comprender nuestra popularidad en los 90. Es realmente asombroso que le parezca raro que un presidente y un ministro que entre 1991 y 1994 lograron derrotar a la hiperinflación, llevándola de varios miles % anual a 4 % en 1994; que lograron reactivar y hacer crecer la economía 10.5 % en 1991 y 34 % en cuatro años; que además consiguieron aumentar el empleo total, a pesar de haber reducido en 700 mil personas el empleo público; que a través de las privatizaciones consiguieron que desaparezcan los cortes de electricidad que habían agobiado a las familias en los veranos anteriores: que también lograron que aumentara la producción y al mismo tiempo las reservas de gas y petróleo como no lo habían hecho desde la época de Frondizi; que produjeron una modernización de  la agricultura, la industria y los servicios; y podría agregar muchas cosas más.

Los economistas según Zaiat

En su largo capítulo dos, para Zaiat los economistas más conocidos son “hombres de negocios dedicados a comercializar información económica”, “que hacen futurología abusando de la inocencia de la opinión pública”, “se dedican a señalar en los medios de comunicación, con mandato auto-delegado, qué es lo se debe hacer en economía”, “en realidad están influyendo, haciendo lobby, presionando”, “sostienen un discurso que exponen como técnico pero resulta fundamentalmente político e ideológico”

“Casi siempre se equivocan con sus pronósticos” y los hacen “para alarmar a la gente e imponerles sus ideas a los gobiernos”. Menciona muchos nombres y da ejemplos. A Ricardo Arriazu, Carlos Melconián, Migel Angel Broda, Nadín Argañaraz, Juan Luis Bour, Nicolás Bridger, Miguel Kiguel, Martín Lousteau, Mario Brodersohn, Javier Gozález Fraga, Martín Redrado y Alfonso Prat Gay los señala como ejemplo de los malos pronosticadores porque entre agosto y diciembre de 2011 predijeron que para 2012 el precio de la soja en el mercado de Chicago bajaría a 500 dólares y terminó subiendo a 655 dólares.

Destaca que hubo un solo pronosticador que acertó: Miguel Bein. Seguramente por eso Cristina ha decidido adoptarlo como consejero.

Y luego de enumerar la lista de pronosticadores neoliberales que se equivocan para alarmar a la gente, llega, en la página 54, la sentencia inapelable:

“El recorrido de la economía argentina en la primera década del nuevo siglo los ha puesto en ridículo en más de una ocasión. Los economistas devenidos en pitonisas hablan, sugieren, recomiendan, exigen, ordenan, prescriben lo que hay que hacer”

“No se trata de un grupo de especialistas aislados en laboratorios de investigación, sino que irrumpen en el escenario del debate público como batallón de lobby del poder económico. La angustia por el devenir económico es aprovechada por el establishment ofreciendo su elenco de economistas para orientar a los gobiernos. Este desvarío político alcanzó el clímax con el gobierno de la Alianza 1999-2001 integrando el gabinete con seis economistas: José Luis Machinea (Economía), Juan José Llach (Educación), Ricardo López Murphy (Defensa), Adalberto Rodríguez Giavarini (Cancillería), Chrystian Colombo (Jefe de Gabinete) y Fernando de Santibañez (SIDE). Cargos clave de la administración en manos de economistas, para depositar su suerte final en manos de otro: Domingo Felipe Cavallo”

“Así le fue al gobierno de Fernando de la Rúa. Renunció el 20 de diciembre de 2001 en medio de un caos social y de violencia”

“Domingo Felipe Cavallo es el símbolo del vínculo promiscuo de economistas con el establishment, hacedores de políticas para preservar e incrementar privilegios del poder económico. Un grupo de argentinos residentes en París realizó un relevante aporte para que Cavallo volviera al lugar que le corresponde en la historia, y no el que aspira a ocupar”[2]

Sólo la impunidad del poder ha permitido que Cavallo regresara a los medios de comunicación a realizar pronósticos de catástrofes y a brindar consejos sobre lo que se debe hacer en materia económica”

El Dólar y la fuga de capitales

En el capítulo tercero, Zaiat utiliza varias páginas para demostrar algo que todo el mundo sabe: Argentina es el país en el que circulan más dólares billete per cápita y desde mucho tiempo atrás, los argentinos se han sentido más seguros teniendo sus ahorros en dólares que en la moneda local.

Pero lo notable es su explicación del alto grado de dolarización. Luego de descartar que se explique por la inflación, por la falta de confianza, porque el tipo de cambio oficial estuvo atrasado y porque los activos en dólares han rendido más que los activos en pesos, concluye en lo siguiente:

“La conducta rentista ha alterado históricamente el funcionamiento de la economía argentina, pero el régimen financiero ultra-liberal instalado por la dictadura en 1976 y la convertibilidad, en los noventa, definieron el carácter bi-monetario de la economía. La ortodoxia y los sectores conservadores rifaron la soberanía monetaria”

¡Es asombroso ver cómo las anteojeras ideológicas pueden llegar a confundir tanto a un periodista que a su vez es licenciado en economía! No advierte que antes que la dolarización de derecho, admitida por la convertibilidad, existió en Argentina una fuerte dolarización de hecho, y que esa dolarización fue la forma de proteger sus ahorros que encontraron millones de ciudadanos enfrenados con episodios como los del Rodrigazo de 1975, la estanflación del período 1975-1988 y la hiperinflación de los años 1989 y 1990. Esta ceguera ideológica no permite a Zaiat, escribiendo en octubre de 2012, advertir el fenómeno de la dolarización de hecho y de sus causas. Es sorprendente porque en octubre de 2012 el cepo cambiario ya tenía más de un año y la brecha entre el Dólar oficial y el Dólar paralelo superaba el 40 %, Obviamente no leyó en 2008 mi libro “Estanflación”[3] que bajo el subtítulo “Si la gente se asusta y sale a comprar dólares…” describe exactamente lo que viene ocurriendo desde 2011 en adelante[4].

El papel del FMI

Zaiat sostiene que el FMI fue una institución que alentó el endeudamiento irresponsable de Argentina. Y luego goza contando que Bush hizo que el FMI nos quitara el apoyo a finales del 2001. Obviamente no sabe de lo que habla.

El FMI, que no había apoyado el lanzamiento del Plan de Convertibilidad porque estaba en desacuerdo que se eliminaran las retenciones y se bajaran muchos impuestos, luego de ver el éxito estabilizador conseguido en los dos primeros trimestres, estuvo de acuerdo en apoyarnos a reestructurar la deuda externa que había caído en default unos años antes.

Este apoyo permitió que entráramos en el Plan Brady, que además de una quita en el capital de 35%, nos permitió alargar plazos y bajar la tasa de interés a 6.5 % anual. Hasta el cierre de este proceso reestructurador de la deuda, los únicos capitales que entraban al país atraídos por el nuevo clima de seguridad y estabilidad que creó el Plan de Convertibilidad, eran capitales argentinos que habían salido al exterior en años anteriores o estaban guardados en forma de billetes en cajas de seguridad o en los colchones.

Normalizada nuestra relación financiera con el exterior, comenzaron a entrar capitales externos que permitieron que se redujera mucho el costo de financiamiento, no sólo del gobierno, sino también del sector privado. 

Por supuesto, no sólo entraron capitales financieros sino mucha inversión directa. Por eso pudieron explorarse y explotarse las reservas de gas y petróleo, construirse muchas centrales de generación, construirse oleoductos, gasoductos, líneas de transmisión eléctrica, redes de distribución de electricidad  y de gas, modernizar los puertos existentes y construir nuevos, dragar el río Paraná y los accesos a los puertos sobre el Río de la Plata y el Océano Atlántico, mejorar y expandir la infraestructura para el abastecimiento de agua potable y servicios sanitarios, construir autopistas, mejorar la infraestructura de transporte ferroviario, desarrollar el sistema telefónico e instalar miles de kilómetros de fibra óptica, producir avances tecnológicos formidables en la agricultura y modernizar y reequipar a industrias competitivas con el exterior.

El apoyo del FMI y del gobierno de Japón, que fue aún más importante, nos permitió aprovechar el Plan Brady y fue realmente valioso para la Argentina.

El FMI volvió a ayudarnos en 1995, en oportunidad de sufrir un duro impacto por la crisis mexicana que llevó a muchos financistas e inversores a pensar que el próximo país en caer en crisis sería el nuestro. Adecuadas medidas internas y el apoyo de la FMI liderado por Michael Camdessus y Stanley Fisher fueron cruciales para que la recesión que sufrimos fuera muy corta y que ya a principios de 1996 estuviéramos creciendo nuevamente. 

Desde entonces, el FMI prácticamente no intervino más, salvo a través de sus auditorías anuales, en las que advertía, sobre todo a partir de 1997, que las provincias estaban llevando a cabo una política fiscal demasiado expansiva, basada en el crédito que le daban los bancos, a plazos largos, pero con tasas de interés flotante que podrían llegar a ser muy onerosas.

Mal se puede culpar a esa institución del endeudamiento irresponsable de las provincias entre 1997 y 1999, siendo que sus técnicos advirtieron del peligro, lo mismo que lo hacía yo desde la tribuna política, como líder del partido Acción por la República.

En 2001, a pesar de la posición que tenía el secretario Paul O’Neill, bien descripta por Zaiat en párrafos ya citados, el FMI siguió dándonos apoyo hasta septiembre de 2001, luego que viera que el Congreso Nacional y los gobernadores se comprometían con las medidas de austeridad que eran necesarias para asegurar que, cuando terminara la restructuración de la deuda, el país no necesitaría endeudarse por algún tiempo. En otros términos, que el déficit fiscal fuera cero luego de la reducción de la factura anual de intereses que se obtendría con la reestructuración.

¿Por qué cambió la posición del FMI a partir de septiembre? Por una ridícula puja entre Horst Köhler, su director gerente y el Presidente Bush. Esto yo lo he explicado en varias oportunidades, incluso en conferencias pronunciadas en el exterior[5]. Bush había presionado al FMI y a los gobiernos europeos para que aportaran dinero a Turquía, porque después del ataque a las torres gemelas, el presidente norteamericano pensaba que iba a necesitar apoyo de Turquía para invadir Afganistán. El FMI y los países europeos hicieron un aporte importante a Turquía.

Pero cuando Köhler le planteó a Bush que esperaba que su gobierno acompañara al aporte que había comprometido el FMI para Argentina, el gobierno norteamericano no le prestó atención. En un rapto de capricho irresponsable y sin consultar al comité ejecutivo de la institución, Köhler decidió no hacer el desembolso comprometido para noviembre y anunciar, los primeros días de diciembre, que el programa que debía apoyar la segunda etapa de la restructuración de la deuda estaba suspendido.

Yo le expliqué, tanto al Presidente de la Rúa, como a Duhalde, a Alfonsín y a los principales dirigentes radicales que se ocupaban de temas económicos, los riesgos que estábamos enfrentando, sobre todo si no nos mostrábamos muy unidos dentro de Argentina para torcerle el brazo a Köhler. Salvo el Presidente de la Rúa, los demás dirigentes, en lugar de apoyarme, se comenzaron a deleitar con lo que podría presentarse a la opinión pública como mi fracaso, el de la convertibilidad y el de todas las reformas de los 90.

Podemos pasar ahora al último capítulo del libro de Zaiat.

El estado y la burguesía.

Este largo capítulo es el que más me desilusionó del libro de Zaiat. Es prácticamente una repetición desprolija y muy desactualizada de los argumentos que comenzaron a desarrollarse con la tesis doctoral de Aldo Ferrer en los años 50, titulado “El Estado y el Desarrollo Económico”[6].

Se pueden encontrar cientos de libros escritos con los mismos argumentos, que son los que inspiraron las políticas económicas en nuestro país desde mediados de la década del 40, cuando los dos partidos principales, el naciente Peronismo y el tradicional Radicalismo, se embarcaron en políticas de discriminación tributaria y cambiaria contra la agricultura y la ganadería, de proteccionismo industrial para la sustitución de importaciones, crédito subsidiado al sector privado y fuertes déficits fiscales financiados preponderantemente con emisión.

Estas políticas cubrieron prácticamente todo el período 1945-1990, con la sola excepción del período desarrollista, que comenzó en 1959, después del fuerte ajuste inflacionario de 1958, y extendió sus efectos estimulantes y relativamente estabilizadores hasta 1970.

Desde 1971 en adelante, precisamente con Aldo Ferrer como Ministro de Economía del gobierno militar de entonces, recomenzó el proceso de desarrollo dirigido desde el Estado con el tipo de políticas del período 1945-1958. El clímax de esas políticas se alcanzó entre 1973 y 1974 con el Plan Gelbard del período Cámpora-Perón- Isabel y provocó la explosión inflacionaria que la historia registra con el nombre de Rodrigazo, a pesar de que Celestino Rodrigo lo único que hizo fue destapar la olla. No era el responsable de la presión que se había levantado en su interior.

La historia del período estanflacionario, 1975-1990, es precisamente la historia de la incapacidad de los gobiernos para cambiar el rol del Estado en relación al Desarrollo Económico y, por ende, el fracaso de todos los intentos de estabilización de la economía. El período culminó con la hiperinflación de 1989-1990.

La mejor descripción de cómo estuvo organizada la economía argentina en este período, le pertenece a Adolfo Sturzenegger, definición que yo utilicé como centro argumental de mi libro Volver a Crecer. Nuestra economía era una mezcla rara de “Socialismo sin Plan y Capitalismo sin Mercado”. Aquí se escriben “Plan” y “Mercado” con mayúscula, para señalar que se trata de las instituciones que normalmente los países utilizan para coordinar y hacer eficiente al área socialista  o estatal de una economía y al área capitalista o privada, respectivamente.

“Socialismo sin Plan”, porque el Estado, aun siendo de gran tamaño medido por el gasto en relación al PBI y tener una enorme injerencia en muchas empresas y mercados, no tenía capacidad para asegurar una baja inflación, generaba permanentes déficits fiscales, no tenía formas sostenibles en el tiempo de financiarlos sin emisión monetaria y demostraba creciente incapacidad para ocuparse de sus funciones más vitales, la seguridad, la justicia, la educación y la salud.

No tenía planes claros en ninguna de estas áreas y mucho menos en materia macroeconómica, porque ni siquiera trataba en el Congreso Nacional los presupuestos anuales antes de que comenzara cada año fiscal. El manejo de las empresas del Estado era corrupto e ineficiente.

“Capitalismo sin Mercado”, porque el mismo Estado le había dado un fuerte poder monopólico a muchas empresas al restringir tanto la competencia externa como, en muchos casos, la competencia interna. Los precios, para muchos productos, no se fijaban por la oferta y la demanda en mercados con competencia, sino que eran fijados por el gobierno, generando numerosos casos de desabastecimiento.

El gobierno daba protección, pagaba subsidios, cobraba impuestos discriminatorios y repartía beneficios con total discrecionalidad y sin ningún criterio transparente. Los empresarios debían dedicarse al lobby y a conseguir créditos subsidiados, que como tales, fueron crecientemente racionados. Por supuesto, la corrupción y la ineficiencia en el ámbito capitalista de la economía no eran muy diferentes al de las empresas del Estado. En realidad, la principal causa de ineficiencia y corrupción de aquellas es que operaban como monopolios, sujetas a reglas de intervención discrecional, no muy diferentes que las que se aplicaban a las empresas privadas.

La propuesta de “Volver a Crecer”, que en buena medida se llevó a la práctica durante los 90, al menos mientras yo estuve en el Ministerio de Economía, no consistió en reducir y mucho menos en hacer desaparecer al Estado, sino en reforzarlo en su rol organizador de la economía y conseguirle más recursos genuinos para que pudiera cumplir sus funciones fundamentales.

El Estado de los 90 fue mucho más poderoso que el de los últimos 13 años en las cuestiones que son de su exclusiva responsabilidad: conquistar la estabilidad de precios y un crecimiento basado en la inversión eficiente y el aumento de la productividad, legislar sobre relaciones laborales y sistema impositivo de tal forma de favorecer la creación de empleos productivos por parte del sector privado,  lograr que se desarrolle la infraestructura energética, de transporte y de comunicaciones, ocuparse de la seguridad, de la justicia, de la educación y de la salud.

El mejor ejemplo que se puede demostrar del Estado eficaz de los 90 es la organización del sector energético. Veníamos de décadas de pésimas inversiones que nunca llegaban a producir, enormes déficits y corrupción generalizada en las empresas del sector, altos precios de la energía para los usuarios que la conseguían, fuertes, largos y penosos cortes de electricidad y ausencia casi total en exploración de gas y de petróleo para descubrir nuevas reservas.

El dictado de tres leyes claves, la de reestructuración de YPF y federalización de los hidrocarburos, la ley que organizó el sistema eléctrico y la ley que organizó el sistema de gas natural, permitieron organizar y privatizar el sector. A partir de allí se consiguieron inversiones muy eficientes, los mercados funcionaron con competencia en todos los espacios en los que era tecnológicamente posible, se regularon de manera efectiva los servicios de transporte y distribución que por su naturaleza eran monopólicos, se produjo un aumento impresionante de la producción y cayeron los precios.

El caso de la electricidad es muy elocuente. El precio del kilowatt hora en la etapa mayorista disminuyó a la mitad del que tenía a fines de los 80 y hubo pleno abastecimiento de electricidad, con servicios de mejor calidad. Un Estado capaz de organizar el sector de la energía como lo hicimos en los 90, gracias a la inteligencia y dedicación de Carlos Bastos y Pepe Estenssoro y al apoyo de dirigentes políticos como Carlos Menem y Néstor Kirchner, es, sin duda, un Estado eficaz.

Volvamos a leer a Zaiat. Transcribo lo que dice en la página 312.

Hemos desarrollado los dos primeros movimientos del kirchnerismo en su objetivo de reconstruir la burguesía nacional. Uno, el voluntarismo político de incentivar condiciones macroeconómicas que impulsaban el crecimiento. El segundo, la decisión política de cambiar la cúpula extranjera por grupos económicos locales en empresas de servicios públicos privatizadas. El resultado poco alentador de ambas iniciativas tuvo como desenlace el tercero, que consistió en un ciclo intenso de estatizaciones, hasta la recuperación para el Estado de la petrolera nacional YPF.”

“El cuarto movimiento, con resultado aún incierto, es el estratégico. Es la apuesta a crear una burguesía nacional, nueva o sobre base de la existente, como lo han realizado otros países con éxito a partir de una política deliberada de sustitución de importaciones, presencia del Estado en áreas estratégicas de la economía, como la de hidrocarburos, intervención necesaria para la expansión, precisamente, de la burguesía nacional”

“La acción disciplinadora del Estado sobre la burguesía nacional existente, o la nueva que nazca por la sustitución de importaciones y el proteccionismo, es la apuesta final para que la elite empresarial, sujeto económico esquivo en comprometerse en el destino del país, sea un actor activo en la ampliación de la frontera productiva, en la creación de empleo, en el aumento de las exportaciones y, en definitiva, en el desarrollo nacional.”

¿En que difiere lo que los Kirchner ya hicieron o lo que se propone hacer en la etapa que Zaiat llama “estratégica”, de las políticas de desarrollo del período 1945-1958 y 1970-1990? Absolutamente en nada. Lo que Zaiat propone y los Kirchner han venido ejecutando o planean ejecutar en el futuro es, ni más ni menos, que el “Capitalismo sin Mercado” que experimentamos en aquellos años, combinado con un “Socialismo sin Plan”, como el que hemos vuelto a vivir desde 2002 en adelante.

¡Pobre Argentina si éste es el futuro que nos espera! Pero el lector no debe afligirse: la mayor parte de los economistas que asesoran a los candidatos a suceder a Cristina piensan muy diferente a Zaiat y a sus economistas heterodoxos.


[1] Aquí Zaiat está citando a Matos Daniel, “Think Tanks, fundaciones y profesionales en la promoción de ideas (neo)liberales en América Latina”, artículo en Cultura y neoliberalismo, de CLACSO, 2007

[2]El Colectivo Argentino para la Memoria y el Observatorio Argentino hicieron un cacerolazo contra Domingo Cavallo cuando se aprestaba a dar una conferencia en la Universidad de La Sorbona, el lunes 8 de diciembre de 2008”. Esta es la cita de Zaiat. Yo debo agregar, que el cacerolazo de no más de 6 personas y una cámara de televisión contratada por ellos, estaba encabezada por el representante de la SIDE en la Embajada en París, resentido porque no había conseguido hacer invitar por La Sorbonne a la Presidenta, que había visitado París unas semanas antes. Después del disturbio, la conferencia se realizó en un piso diferente al que había sido convocada. Los caceroleros no se preocuparon en seguir obstaculizándola, porque su único objetivo era enviar la filmación a los canales oficiales de Buenos Aires. Al día siguiente cuando yo llegué de París a Ezeiza, me organizaron otro cacerolazo, también de poca gente, pero con más de 10 cámaras de televisión preparados para filmarlo. Los métodos del gobierno Kirchnerista no se diferencian de los que utilizaban los nazis para escrachar a quienes consideraban sus enemigos. En este caso consiguieron repercusión internacional, porque yo soy uno de los dos argentinos galardonados con un Doctorado Honoris Causa en La Sorbonne. El otro fue Jorge Luis Borges.

[3] Domingo Felipe Cavallo, “Estanflación”, Sudamericana, 2008.

[4] Esa sección del libro “Estanflación” se reproduce en el tercer capítulo de este libro.

[5] Ya citadas en la nota a pie de página 14

[6] Aldo Ferrer, “El Estado y el Desarrollo Económico”, Editorial Raigal, 1955.

60 comentarios en ««Economía a Contramano»»

  1. Estimado Dr, le envidio la paciencia que ha tenido para invertir su tiempo en semejante pasquín. Como dicen en el campo, no gaste pólvora en chimangos. Me permito consultarlo si ha podido hojear el libro de Teddy Karagozian sobre una profunda reforma impositiva.
    Especialmente a los empresarios nos preocupa las ideas enquistadas en el fuero laboral, dónde aún existe el «despido arbitrario», vieja rémora fascista. Recuerdo que Ud. tambien tenia una reforma impositiva dónde todo iba contra el IVA. (Perdón por la burda síntesis). No lo alienta la esperanza que solo un gobierno peronista pueda hacer reformas profundas sin que los sindicatos pongan palos en la rueda? Le mando un afectuoso saludo, y cuídese, necesitamos de su lucidez! Atte

    1. Lo analicé porque Cristina Kirchner dijo que era su biblia económica. Si, leí el libro de Teddy y coincido con lo que el planbtea en materia de modificar la legislación impositiva y laboral como para permitir el aumento de la productividad de nuestra economía. Ese fue siempre el enfoque que yo utilicé para pensar sobre reformas impositivas y laborales. Un abrazo

  2. buen dia Profesor… en mi ignorancia pienso que las familias tambien de algun modo emitimos dinero al diferir pagos mediante la tarjeta de crédito, o de cheques postdatados, o tomando créditos comerciales para adelantar consumos.?

    1. No, no se trata de emisión de dinero sino de endeudamiento. Si una familia consigue adelantar consumos a través de alguno de esos mecanismos, hay otro sujeto económico que lo está financiando con sus ahorros. Es como cuando el gobierno financia su déficit con endeudamiento. En ese caso no hay emisión. Cuando el gobierno ya no puede endeudarse porque nadie le presta, entonces termina emitiendo dinero. Eso es lo que ocurre ahora. Un abrazo

  3. Domingo lo felicito por el orden de su análisis, y le pregunto: como hace para mantener la templanza en la lectura y discusión de estos textos?
    Siempre fue asi de calmo y sereno?
    Saludos

    1. Sí, me he ido serenando con el tiempo. Le pasa a todo el mundo a medida que envejece. Un abrazo

  4. DrCavallo, usted lucha contra la irracionalidad. Zaiat no parece entender nada. Parece un analfabeto pero no es así: escribe para que lo lea otra analfabeta como Cristina. Y el propósito consiste en “agradar” a aquellos que les pueden dar trabajo. Imagino que lo mismo pasaría en la URSS. Nada de lo que dice Zaiat resiste el menor análisis. Salvo que se entienda desde el adagio del Premio Nobel Sinclair: es imposible que alguien entienda a lago si su salario depende de que no lo entienda”. No le parece?

    1. Tenés razón, pero de todas maneras vale la pena prevenir a quienes no tienen formación económica y pueden verse engañados por este tipo de razonamiento. Un abrazo

  5. Exelente post dr. Se agradece.
    Y para ser sincero, si el gobierno se encolumna detrás de la postura de Zaiat, más allá de que nos esperan tiempos difíciles al hacerlo, no deja de ser tranquilizador.
    Al kirchenrismo lo veo con una postura mucho más extrema que la de Zaiat por lo que de ser así y este sector tomara el control de mando, las consecuencias serían infinitamente peores a las que proponen tipos como Zaiat. Y librarse de esas consecuencias a través de nuestras instituciones sería prácticamente imposible.
    En cambio, del Socialismo sin Plan con Capitalismo sin Mercado es posible salir como de hecho ud logró hacerlo.
    El nombre La Cámpora es el que asusta. Su apoyo a Maduro, los viajes de Cristina a Cuba, más las innumerables muestras de oposición a la palabra Capitalismo con o sin Mercado son las que realmente destruirían totalmente el país. No parecen posturas «zaiatense». Parecen mucho más a una bolivariana.
    Veremos qué pasa. Ojalá no pasen de la posición de Zaiat.
    De hecho, soy un convencido de que mientras exista políticamente una Cristina Kirchner con un capital político del 35% de la sociedad, cualquier aspiración de políticas sensatas es prácticamente una utopía. Jamás se conseguirá la confianza de los inversores que importan para sacar al país del pozo. Jamás por más brillantes sean los economistas y los planes de sinceramiento, estabilización y apertura de la economía. Siempre estará el estigma de una vuelta kirchnerista al poder. Y si alguien ostentara ir por el camino correcto, las innumerables trabas desde éste sector a cualquier plan harían también imposible contar con la confianza de los capitales (la gestión Macri es justamente el resultado de este fenómeno).
    Es por eso que, como pasó casi siempre en los países que lograron un desarrollo sostenido, debemos esperar un caos brutal suficiente como para que Cristina y su kirchenrismo queden reducidos para el electorado a la nada misma.
    Recién ahí se podrá aspirar, si la suerte nos acompaña a través de una seguramente casual elección de políticos probos, aspirar a un país en serio.
    Solamente de un desastre «sobrenatural» podrá surgir alguna vez una Argentina en serio.
    Y es probable que ésta sea la oportunidad toda vez que a cualquier idea parecida a las que propone Zaiat solamente le espera el descontrol total de los hechos. Habrá que pasar tiempos duros, sin dudas, pero esos tiempos duros ya son inevitables.
    No son capaces de percatarse de que con nuestra cultura cívica, cualquier idea que implique voluntarismo político y económico está condenada al fracaso. Nunca lo entendieron y seguramente ahora tampoco lo van a entender.
    Un abrazo.
    https://razonvsinstinto.blogspot.com/2018/09/borges-la-crisis-argentina-y-lo-que.html

  6. Hay que tener ganas de leer ese libro Mingo! Felicitaciones por tu constancia, yo lo hubiera tirado a la basura después de la tercera página

    1. Lo leí con detenimiento para entender lo que piensa Cristina en materia económica. Un abrazo

  7. Estimado Doctor, espero que esos candidatos que usted menciona no sean del radicalismo (o una alianza con ese partido), ya que es más de lo mismo (capitalismo sin mercado y socialismo sin plan). Gracias por sus aportes.

    1. Yo confío en que las nuevas generaciones de todos los partidos sean mas realistas y mejor informados que los viejos políticos. Un abrazo

  8. Es penoso que pretendan achicar el mundo y restringir el comercio, que ha sido siempre símbolo de la prosperidad. El comercio es el intercambio libre y voluntario, donde un individuo solo puede producir y vender lo que el prójimo, por su propio interés y conveniencia está dispuesto a comprar. Sugiero leer a Antonio Escohotado, en sus videos, en particular el que dio en Órense: “una vi de ion del medioevo”, o cualquier otro que esté en You Tube.o bien leer “Los enemigos del comercio”, que es una gran obra de un liberal que se ha convencido estudiando historia e investigando. Lo recomiendo calurosamente

  9. Importa lo que diga Zaiat para saber como piensa el batallon militante.
    Mas alla de eso, no vale la pena perder el tiempo con el.

  10. Un simple ciudadano de a pie, puede hechar por tierra las teorías de Alfredo Zaiat, con una simple frase: si fuese una cuestión de sólo «emitir», no existiría el hambre en el mundo! Más que «Economía a Contramano», debería titularse «Lógica a Contramano».
    La gran virtud de Zaiat, es hacer parecer por verdad, las medias verdades! técnica discursiva que además de ser mentirosa es hipócrita.
    La economía y la política deben «danzar» con máxima sincronía, puesto que la teoría de que el respaldo de la moneda es la confianza (aún más que el oro), es irrefutable y puede demostrarse a lo largo de la historia de la humanidad.
    Los que no aceptan los postulados económicos del Dr Cavallo, tienen una actitud necia o mal intencionada, lo confirma el hecho que nadie a podido refutarlo por la vía de la razón.

  11. Estimado Domingo, sus publicaciones son realmente muy interesantes. El texto que menciona, es claramente el libro de cama de la señora. Estimo debe sentirse agraciado por el papel protagónico que le da el libro y la debilidad que demuestran hacia usted y hacia los Think tanks liberales locales. Realmente, es increíble la capacidad de distorsión de la realidad de esta gente, con discursivas totalitarias y conceptos económicos obsoletos. ¿Cómo podemos pensar que la ciencia económica avance si no se descartan los preceptos disfuncionales? No sucede en la Física esto, solo imperan las leyes que son funcionales y de este modo progresa. ¿Cómo saldremos de un anacronismo tal como el de la historia Argentina del 1900 en adelante (salvando las excepciones,claro está)? Es siempre una foto, una tuerca girando en falso, siempre los mismos falsos dilemas y conceptos que parecen las viejas camperas remendadas del abuelo, que le da a su hijo y su hijo a su hijo y así… Me alegra sobremanera la actividad que ha tenido el último tiempo, y también muchos liberales locales. Esperemos que así siga, y al menos esta vez, se dignen a leer estos documentos los dirigentes locales, que para en más empeñandos en su lucro personal y en hacer cabalgar el país a través de una ciénaga y con destino a un pozo de brea. Cordiales Saludos, Leandro

  12. LA ERUDICIÓN DE LOS GILES – El fantasma del neoliberalismo y otros despropósitos

    Eduardo H. Blanco

    Es casi redundante decir que la Argentina es un país con serios problemas económicos desde hace alrededor de 80 años, y que esos problemas se hacen evidentes en una tasa de inflación inaceptable en cualquier país serio, una economía estancada y, por sobre todas las cosas, en un vergonzoso nivel de pobreza que no para de crecer.
    Semejante contexto no es otra cosa que el resultado de políticas que sistemáticamente, y con una tozudez digna de mejor causa, han ignorado principios elementales gastando más de lo que se tiene, repartiendo lo que no existe y despilfarrando aquello de lo que genuinamente se dispone.
    Cambiar esta situación requiere, como resulta obvio, no seguir haciendo lo mismo que se hizo hasta ahora. Por supuesto que eso no será fácil. Será largo y complicado el camino a recorrer y, como si esto fuera poco, hay políticos y gente relacionada con la política que no entiende, o que no quiere entender, y que sistemáticamente se opone a cualquier intento serio de poner las cosas en orden. Muchos de ellos simplemente se oponen. Otros tratan de justificar su posición haciendo gala de conocimientos teóricos con argumentos que no resisten el menor análisis y que no vacilan en repetir una y otra vez.
    Una muletilla importante usada por esta gente es el neoliberalismo, o mejor dicho el uso de esta palabra como una etiqueta maldita para descalificar una acción del gobierno que intente mejorar las cosas. No estamos diciendo que una medida de corte neoliberal no pueda ser inadecuada en ciertas circunstancias, pero si este fuera el caso habría que demostrarlo con argumentos sólidos. Pero no es esto lo que ocurre. Se le pone la etiqueta y a otra cosa. No se trata de pensar. Se trata, simplemente, de descalificar con un argumento contundente que lleva implícita la idea de que esa medida será perjudicial para la población, en especial para los que menos tienen, y que los únicos beneficiados serán los grandes intereses, y las corporaciones a cuya voluntad, según ellos, está sometido el gobierno al que se quiere sabotear.
    Argentina ha tenido en las últimas décadas un coctel aterrador de descontrol del gasto público, alta presión impositiva, déficit fiscal, altísima inflación, controles de precios, subsidios de todo tipo, y fuertes devaluaciones, todo lo cual se tradujo en una paupérrima tasa de crecimiento cuya contrapartida fue un incremento de la pobreza a niveles que hubieran sido inimaginables hace 50 o 60 años. Ahora bien, analizando el menú anterior rápidamente se puede observar que no abundan allí medidas de esas que suelen ser catalogadas como neoliberales. Las que sí abundan son las medidas populistas, muchas de las cuales tienen que ver con el utópico propósito de paliar los efectos de la inflación a través de mecanismos de indexación de todo tipo que, en última instancia, solo consiguen acelerar el mismo proceso inflacionario. La inflación es el resultado de emitir moneda falsa y la única manera cierta de eliminarla es dejando de emitir moneda falsa. Así de simple. No importa la etiqueta que se le ponga, sea o no una medida neoliberal, esto es lo que hay que hacer, pero no se hace.
    De lo anterior resulta claro que si tenemos los problemas que tenemos no es porque haya habido abundancia de medidas de corte neoliberal. Todo lo contrario. Lo que abundó fue el populismo. Como siempre fundamentado en la ignorancia y el facilismo, y que fue incluso capaz de hacer abortar el único intento serio y profesional que hemos visto en las últimas décadas
    Veamos ahora que sucede en aquellas economías donde las cosas funcionan y como resultado muestran un altísimo producto bruto per cápita. Según un análisis de la revista inglesa “The Economist” (1) en el año 2019 habría solo 3 países con un PBI per cápita superior a los US$ 70.000. Se trata de Noruega (US$ 84.690 e inflación anual 2,2%), Suiza (US$ 80.490, e inflación anual 1,3%) e Irlanda (US$ 78.530 e inflación anual 1,3%). Obviamente en estos países la política económica está plagada de decisiones neoliberales, las cuentas públicas están razonablemente manejadas, no hay precios máximos, subsidios extraños, y la economía está razonablemente abierta. Más aún, al menos en dos de esos tres países los partidos conservadores y liberales forman parte de la coalición gobernante. Si bajamos un escalón y vemos cuales son los países cuyo PBI per cápita está entre US$ 50.000 y US$ 70.000 encontramos 6 países europeos, (Austria, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Holanda, y Suecia), 1 país americano (Estados Unidos), 1 país en Oceanía (Australia), y 1 país asiático (Singapur). La inflación en este grupo de países oscila entre el 1,8% y el 2,5% anual y en todos ellos los partidos liberales y/o de centro derecha están en el gobierno, o son parte de la coalición gobernante. Es fácil imaginar que el menú de medidas económicas en estos países también estará bien surtido de medidas neoliberales, lo cual no les impide crecer, tener una población con un alto nivel de vida, y un muy bajo nivel de pobreza. Si seguimos bajando en este ranking, y tomamos el grupo de países que tienen un PBI per cápita en el rango que va de US$ 30.000 a US$ 50.000, allí encontramos al resto de los principales países de Europa Occidental (España, Francia, Italia, Bélgica, y Gran Bretaña), 1 país en América (Canadá), 1 en Asia (Japón), 1 en Oceanía (Nueva Zelandia), y 1 en el Medio Este (Israel). Todos estos países, sin entrar en los detalles, tienen una importante dosis de políticas neoliberales en el manejo de sus economías.
    Es cierto que también existen países donde las medidas populistas, y otras que sin ser populistas están muy lejos del neoliberalismo, están ampliamente difundidas. Son parte de este grupo países como Cuba, Venezuela y Corea del Norte que, hay que reconocerlo, no tienen problemas con los grandes flujos migratorios. Por alguna razón, que es fácil de imaginar, la gente pobre que quiere mejorar su situación busca otro tipo de países, y generalmente son aquellos donde el liberalismo juega un rol importante en su economía. Otro dato interesante es que tanto Rusia como China, dos gigantes que acaban de despertar y que sufrieron décadas y décadas de comunismo, tienen un PBI per cápita, siempre según la estimación del The Economist, del orden de los US$ 10.000, (Rusia US$ 11.150 y China US$ 9807). Son estos niveles ligeramente más bajos que el de la República Argentina (US$ 11.450) que también tuvo décadas y décadas de populismo y torpezas de todo tipo.
    Un caso particularmente interesante es el de Singapur que, con un PBI per cápita de US$ 63.870 (casi igual al de Estados Unidos), y una tasa de inflación del orden del 1%, registró entre 1976 y 2014, según explica Natalia Motyl, economista de la fundación Libertad y Progreso, un espectacular crecimiento anual del 6,81%, nunca igualado por otro país en el mundo. Esto ocurrió gracias a las reformas iniciadas en la década del 60, cuando era un país pobre, y que se basaban en cuatro ejes: lucha contra la corrupción, libertad económica, reforma del sistema de salud y reforma educativa.
    De toda la información anterior resulta evidente que en todos los países del mundo en los que las cosas funcionan, y en los que el conjunto de la población tiene un razonable nivel de vida, la política económica, (en cada lugar con sus matices), tiene un claro sesgo neoliberal. Adicionalmente encontramos países que son verdaderas potencias, como es el caso de Rusia y de China, que han debido aceptar el fracaso de décadas de comunismo incorporando medidas neoliberales en el manejo de sus economías. Recordemos que el PBI per cápita en esos dos países es de alrededor del US$ 10.000 dólares cuando en la mayoría de los países de Europa Occidental, en Oceanía, en Estados Unidos, en Japón y en Singapur, el PBI per cápita está en el rango que va de US$ 40.000 a US$ 80.000.
    Sin embargo, y a pesar de todos los datos que acabamos de ver, seguimos escuchando casi cotidianamente voces, algunas de ellas de personajes muy importantes, que no paran de criticar al neoliberalismo y que manifiestan su preocupación por el impacto negativo que podrían tener medidas de esta clase sobre los sectores más vulnerables. Y nos preguntamos, ¿Cómo es posible que gente que está en la política o que ocupa cargos de gran significación, que tiene un nivel de educación formal importante, que por su posición sabe, o al menos debería saber, lo que pasa en el mundo, pueda descalificar decisiones y/o propuestas que tienen que ver con la economía simplemente porque las mismas son de tipo neoliberal, y sin tener en cuenta toda la información existente? Al menos deberían tratar de justificar lo que dicen, pero no lo hacen. Como decíamos al principio lo que les importa es la etiqueta, el golpe de efecto. Si lo que está en discusión es bueno o malo para el país y, sobre todo, para su gente, no importa demasiado. Y si les importa no se nota. El nivel de su arrogancia, y de su ignorancia, les permite vivir en paz sin cuestionar lo que su pobre erudición les sugiere que es lo correcto.
    Otra muletilla que suele ser objeto de similares despropósitos conceptuales tiene que ver con el tan temido “ajuste”. Cuando estamos hablando de la economía vale la pena aclarar que el ajuste no es otra cosa que la necesidad urgente de arreglar un desajuste en las cuentas públicas porque se está gastando mucho más dinero del que se recauda. En una situación de este tipo el imprescindible ajuste es una clara medida de corte neoliberal y, conviene aclararlo, de sensatez. Cuando las cosas se hacen como corresponde el ajuste se va haciendo en forma cotidiana, acomodando los gastos de modo que sean consistentes con los recursos. Esto es válido tanto para el Estado, como para una gran corporación, o una familia. Y normalmente ese ajuste permanente pasa desapercibido. En cambio cuando ese ajuste cotidiano no se realiza, y en vez de ajustar los gastos lo que se ajusta son los pagos, cuando se toman prestamos sin tener en claro cómo se van a pagar, y cuando se emite moneda para cubrir la brecha que aún queda, se toma un sendero que necesariamente va a terminar mal. El ajuste, tarde o temprano, será inexorable. Y, lo que es peor, si no lo hace el gobierno de turno, el ajuste se hará solo. O, para ser más precisos, los mercados se ocuparán. Y el ajuste en este caso será mucho más duro y las consecuencias mucho más lamentables. Esto puede parecer complicado pero es bastante simple y fácil de entender. Si se pudiera sobrevivir indefinidamente sin hacer el ajuste sería todo muy fácil. Se repartiría el doble, el triple, o lo que sea, de lo recaudado, todos serían felices y nadie estaría preocupado. Pero, lamentablemente, esto no existe.
    Por eso cuando algunos sectores del ámbito político se entusiasman afirmando que no están de acuerdo con el ajuste, y que ellos no permitirán que el gobierno de turno “penalice a los pobres con semejante e injusto castigo”, están comunicando una expresión de deseos, y al mismo tiempo una falsedad. Cuando las cosas llegan a un cierto punto de descontrol lo único que se puede hacer es limitar los daños, y para ello es importante que el ajuste sea hecho por el gobierno y no por los mercados. Si esos sectores del ámbito político quieren realmente hacer algo por los pobres deberían decir que nunca más van a permitir que el gobierno gaste más de lo que tiene para gastar. Esto por si solo no va a solucionar los problemas existentes pero, lo que no es poco, generará una condición mínima y necesaria para que, sin inflación, o por lo menos con una tasa de inflación civilizada, se puedan afrontar esos otros problemas.
    En síntesis:
    1) No estamos diciendo que las medidas neoliberales constituyan una receta que resuelve todos los posibles problemas, y las distintas situaciones que eventualmente deberá afrontar un gobierno. Lo que sí estamos diciendo es que los países que han conseguido que su economía crezca fuertemente, y que ese crecimiento se traduzca en una mejora del nivel de vida de su población y en una disminución de la pobreza, han organizado su economía, cada uno con sus propios matices, sobre la base de ideas neoliberales. Como consecuencia es una seria torpeza que, a partir de una falsa y muchas veces inexistente erudición, se descalifiquen medidas económicas simplemente porque se considera que son neoliberales.
    2) Cuando algunos sectores se llenan la boca diciendo que están en contra del ajuste, también sobre la base de una falsa erudición, se están oponiendo a las inevitables consecuencias de una determinada política, cuando lo que deberían hacer es estar en contra de las causas que generaron esa situación y luchar para que tales causas no se repitan. De esa manera no habrá necesidad de nuevos ajustes.
    3) En última instancia los verdaderos giles en esta situación somos los que hemos tenido que soportar más de medio siglo de políticas equivocadas y basadas en una falsa erudición que han llevado a un país con los recursos que tiene la Argentina a una lamentable situación caracterizada por el atraso, la corrupción y la pobreza.

    1. Muy buen análisis, con excelentes referencias. Muchas gracias por permitir incorporarlas en este blog. Un abrazo

      1. Para mi es un honor, Doctor Cavallo, publicar algo en su blog. Si digo que leí todos sus libros estaría mintiendo porque tal vez me falten un par de ellos. Los tengo como permanente elemento de consulta. Un gran abrazo

  13. Estimado Dr. Cavallo, excelente artículo, con hechos y números desarticula el relato, que lamentablemente mantiene enferma a gran parte de nuestra sociedad. Einstein decía que es mas fácil separar un átomo que cambiar una creencia. Con el plan económico que Usted implementó nuestro país vivió uno de los mejores períodos de estabilización y crecimiento económico. Gran parte de nuestros políticos priorizan sus intereses personales a los de la Nación. Espero que la verdad nos ayude a encaminarnos.

  14. Hola Dr. Zaiat no sólo es crítico de los ortodoxos, sino también de los keynesianos. En ese sentido, se apoya ideológicamente en Kicillof (marxista-keynesiano, según él), tanto es así, que está en contra de los que sostienen, como Krugman, quien fuera crítico de lo hecho por kirchnerismo, en el sentido de que si bien la intervención del Estado es fundamental para salir de una crisis recesiva, logrado el objetivo de q la economía vuelva a crecer, se debe volver a políticas más ortodoxas. Zaiat sigue fielmente de quien dice ser la persona que más sabe sobre Keynes, y al respecto lo cita a Kicillof, quien haciendo una interpretación del economista, en relación con la sobreinversión post crisis, sostiene que una vez conseguido el auge de la economía, no se debe enfriarla, elevando la tasa de interés, sino todo lo contrario, bajárla aún más, ya q de esa forma se evita una nueva depresión y se consigue un auge permanente. Kicillof descubre así un «perpetum móvile» del ciclo de bonanza. Por eso debe ser q CFK dice que el capitalismo es consumo, más consumo y sólo consumo. Si esto es lo q piensa AF que debe hacerse, Argentina está destinada al «colapso perpetum».
    Discrepo con Ud. sabedor de mi ignorancia, que debe existir un mercado financiero con dólar libre y flotante. En las actuales condiciones, tanto económicas como culturales, creo q la demanda de dólares tendería al infinito y no podría equilibrarse con una oferta escasa. En todo caso, concuerdo que un sistema bimonetario, donde el dólar se equipare al peso, daría en el mediano plazo un fuerte impulso a la economía, en la medida q se ordenen las cuentas fiscales y el BCRA deje de emitir, salvo para comprar moneda extranjera.
    Un abrazo, desde la Riviera Maya.

    1. Muchas gracias Atilio por tu comentario. Me gustaría estar en la Riviera Maya. Te mando un abrazo

  15. Excelente claridad maestro. Es impresionante la ignorancia de nuestros políticos actuales y cómo las universidades son grandes reproductores de mitos sin fundamentos, apelando a un relato inventado. El problema no es sólo cultural, ya es respecto al valor de la ciencia. Espero que este texto se reproduzca en las escuelas, cuando el manto de ignorancia se haya levantado y veamos el valor del incentivo privado en un entorno de equilibrios macroeconomicos.

    1. Yo escribo, precisamente, para tratar de influir sobre los economistas que enseñan en las universidades. Un abrazo

  16. Son todas cosas sin rigor econòmico alguno, parecen escritas de puño y letra por la ignorante de CFK. No descarto que haya sido así. Pero mi duda es que si ellos y cualquiera sabe que esas políticas conducen a una espiral inflacionaria, por qué defienden esas ideas?

    1. No se si lo saben. Son tan necios que quizás creen en esos análisis disparatados. un abrazo

  17. Este personaje Saiat ofende a la Ciencia Económica y a los economistas profesionales. Ofende a la ciencia de la escasez y de la administración de los recursos escasos. Por eso encuentra eco en ámbitos de profunda ignorancia, como los que nuclea Cristina Kirchner.

  18. Buenas tardes Doctor, hace ya unos años como fruto de la carrera que estoy cursando en la Universidad Nacional de Córdoba decidí abocarme al área financiera de las empresas y además, conocer con profundidad la historia económica Argentina.
    Durante los años previos a la Convertibilidad, sufrimos un deterioro total de nuestra moneda; luego con la «Ley de la Convertibilidad» se recupero la confianza en el peso argentino y se transitó un camino que nos llevaba a una recuperación económica exitosa y sostenida en el tiempo. Con esto quisiera consultarle: tomando en cuenta la situación actual del país, donde existe una brecha cambiaria ( diferencia entre el Oficial BCRA – Dolar Blue ) cercano al 80%, sumado al incremento de la emisión monetaria, déficit fiscal alto, intentos de expropiación de empresas (violación de los derechos de propiedad ) entre tantas acciones tendientes a alterar el mercado; ¿se encuentra latente un escenario de Hiperinflación? Desde ya muchas gracias y cuídese.

    1. Sí, existe el riesgo de que se desate la hiperinflación. Pero el gobierno todavía está a tiempo de evitarlo. Un abrazo

  19. Sí, leí el libro de Zaiat, varias veces porque no entendía varios temas, al igual que el suyo. Para mí el libro de Zaiat está equivocado cuando describe en la pag. 19 «…Los gobiernos nunca se pueden quedar sin dinero porque lo emiten…» Luego de estudiar la teoría monetaria de la inflación y la teoría no monetaria de la inflación (J. Olivera) entendí todo por fin y mi humilde profesión de ingeniero civil me llevó a definir al libro Economía en Contramano como el Manual de Economía del Buen Kirschnerista Ilustrado, porque no se puede emitir sin que se genere riqueza.

    1. Dr cavallo
      Un honor para mi comentar en tu blog… en mi opinion sos el mejor ministro de economia de la historia . Un saludo

  20. ESTIMADO DOMINGO: TEDDY KARAGOZIAN LO RECUERDO CONCURRIA A TODAS LAS REUNIONES MENSUALES DE FUNDACION MEDITERRANEA EN EL CLUB AMERICANO. RECUERDO LAS REUNIONES EN HOTEL DORIA DE LA CALLE TUCUMAN EN UNA MESA DE VEINTE PERSONAS CUANDO SE FUNDO LA SEDE DE CAPITAL CUYO VICE-PRESIDENTE ERA SEBASTIAN BAGO VA A SER CUARENTA AÑOS SIEMPRE LO RECUERDO A JOSE CASTRO GARAYZABAL EL «NEGRO» SECRETARIO QUE ME HIZO SOCIO FUNDADOR NOS HICIMOS MUY AMIGO Y ALMORZABAMOS TODOS MESES EN BAZKO FRANCES UNA VIDA SUERTE MINGO.

  21. Leer a personajes como el que usted cita es un trabajo insalubre. Le admiro la paciencia y el estómago. Creo que el objetivo es seguir viviendo más allá de las posibilidades, para eso los votaron. Este señor les brinda un supuesto sustento teórico que justifica los desmanes. Todo reafirma mi temor de un futuro venezolano para Argentina. Muy lamentable.

  22. Buenas tardes Dr. Cavallo, antes que nada quisiera comentarle mi admiración hacía usted y la verdadera gesta patriótica que realizó en los años 90 y permitió la modernización del país y su economía.

    Lamento profundamente que libros como Economía a Contramano sean admirados por la dirigencia de turno y no libros como el suyo de Historia Económica de la Argentina, el cual me pareció, desde mi poca formación económica, fascinante.

    Aprovecho este comentario para consultarle algo no relacionado con el post, disculpando la molestia. Leí en algún comentario suyo que preferiría que el ganador de las próximas elecciones nacionales de los Estados Unidos fuera Biden en lugar de Trump, ¿puedo preguntar por qué? Ya que, según mi entendimiento, hasta antes de la pandemia, la economía norteamericana estaba creciendo y generando una gran cantidad de puestos de trabajo, creyendo yo que ese era el camino correcto. Y la segunda pregunta es consultarle acerca de su opinión del gobierno brasileño de Bolsonaro y la política económica que están llevando a cabo, ¿le parecen un buen camino el que están llevando a cabo?

    Desde ya, muchas gracias y el mayor de mis respetos hacia su figura.

    1. Con respecto al camino económico elegido por Bolsonaro, que se manifiesta en la elección de Paulo Guedes como Ministro de Economía, me pare muy bueno. En el caso de Trump, si bien la política económica fue buena para los Estados Unidos hasta la pandemia, su política exterior y su estrategia de negociaciones internacionales no es buena para el mundo y, en su momento, va a perjudicar también a los Estados Unidos. El liderazgo de los Estados Unidos y su progreso junto al de toda la economía global, se cimentó en el sistema multilateral promovido por sus líderes al final de la SEgunda Guerra Mundial. Trump está abandonando ese tipo de liderazgo global y aplicando una suerte de nacionalismo anticuado, que crea riesgos de conflictos que pueden tornarse muy peligrosos. Las guerras siempre se originaron en conflictos entre nacionalismos poderosos. Un abrazo

  23. Estimado Domingo:
    Muchas gracias por la síntesis y refutación del libro de cabecera de Cristina Fernández.
    Si bien es muy lamentables que las universidades y escuelas públicas están llenas de «Zaiats» ocupándose con toda diligencia de limarles el cerebro a nuestros jóvenes, más lamentable aún es que nosotros les estemos pagando sus sueldos con nuestros impuestos.

    Un abrazo afectuoso

    1. No te quepa la menor duda. Por eso es importante abrirle los ojos al Gobierno y, de ser posible, a la misma Cristina. Un abrazo

  24. Muy clara su explicación.
    Nunca me fue económicamente tan bien como con la convertibilidad.
    Pero por otro lado , no cree que habría que haber seguido otra política con los ferrocarriles ?

    1. La que se adoptó con los ferrocarriles era la única posible frente a una infraetructura que etaba totalmente destruída en un país que tenía recursos muy limitados para invertir. Un abrazo

    1. Entiendo Humberto. Yo creo que sería muy importante contar con un buen servicio ferroviario. Pero eso tenía que venir en una segunda etapa, cuando se hubiera logrado ya contar con mayores recursos para un plan ambisioso de inversiones en la infraestructura ferroviaria. Lo de los 90s, fue un intento de, al menos evitar el enorme déficit fiscal que provocaban los ferrocarriles, que ya no transportabn ni pasajeros ni cargas, pero perdían cientos de millones de dólares al año. Con la privatización al menos se logró que mejorara el servicio de trenes en el área metropolitana (el númenro de pasajeros transportados se triplicó entre 1993 y 1999) y también aumentó mucho la carga en los ferrocarrile en los que el sector privado invirtió. No así en el Ferrocarril Belgrano para el que no se consiguieron inversores interesados y se hizo cargo el sindicato. Un abrazo

  25. Antes de empezar te pediré disculpas por si se me escapa en vulgaridad pero honestamente ni pude terminar de leer el articulo completo que me sacó de quicio.
    Dado que no quiero recordar el nombre de este sujeto lo llamaré el Sr. Z y me permitiré responderle a Él y no a tu articulo. Sé que tendré tu permiso.
    Estimado Sr. Z… , ortodoxia, heterodoxia, liberal, intervencionista, son simplemente palabras carentes de valor que pueden definir pertenecer a un grupo de pertenencia política, social o intelectual.
    Ud. sugiere que los números y su consiguiente relación con el bienestar no se cierran con números sino con política en irracionalidad suprema.
    Ningún gobierno por bueno que sea ni cosa que haga puede “traccionar” la economía real o positiva sino establecer cuadros normativos para que la misma pueda funcionar mejor o peor… ¿Entendió?
    Usted no sabrá que ocurrió en el 2001, Usted pensará que fue un hecho imprevisto… hable por Usted y no por mí.
    Estimado Sr. Z, sabe dónde esta Argentina? Pues le informo para su conocimiento que Argentina se encuentra en el mundo… Un mundo regido por reglas que ni Usted, ni Yo, ni Cavallo pueden imponer. Un mundo que es regido por los mercados.
    Le informo que tiempo antes del 2001comenzó el auge de internet… ¿Recuerda cuándo el Presidente Menem decía que navegaba en internet por las noches? Obviamente no todos los argentinos podían tener aún acceso a dicha tecnología pero claramente se mostró que sería un antes y un después en la historia del mundo.
    Entonces, Sr. Z, comenzó el auge de las empresas de internet, su cotización en las bolsas internacionales – en especial el NYSE (New York Exchange por si es que no le conoce) y las gentes, inversores del mundo, comenzaron a invertir en la EXPECTATIVA de esa realidad en las que se llamaron empresas .com. Su cotización subió vertiginosamente pero no arrojaban ganancias y muchos comenzaron entonces a vender y vender esas acciones que tenían en este rubro desatando lo se llamó la crisis de las .com. Una crisis que tal vez Usted con sus limitaciones no supo ver pero muchos otros vimos anticipadamente… ¿Comprende?
    La caída de las mismas precipitó al resto del mercado de renta variable mundial y la aversión al riesgo. ¿Esta enterado que Argentina esta considerada riesgosa a nivel mundial? ¿Esta enterado que la gente se siente más segura invirtiendo en EE.UU., Japón, Alemania que en Argentina?
    Si Usted en vez de escribir lo que escribió se hubiera tomado el trabajo de superponer los gráficos de los indices bursátiles principales (Dow Jones, S&P500, Nasdaq100) con la cotización de nuestros bonos soberanos internacionales hubiera visto una correlación exacta… , la caída de nuestros bonos son lo que determina la suba de nuestro riesgo país. ¿Sabe Usted eso?
    Argentina tenía grandes problemas financieros domésticos (financieros mucho mas que económicos) en un contexto internacional muy complejo en donde ocurría lo que lo que descripto sumado a cambios de políticas en el FMI.
    ¿Usted piensa que se llamó a Ricardo Lopez Murphy o a Cavallo porque todo andaba tan bien? o piensa que se cambio de Ministro de Economia porque la cosa tenía problemas?
    Con un problema financiero doméstico (reitero que no tanto económico) era IMPOSIBLE acceder al auxilio financiero ni del FMI por sus cambios y muchísimo menos de los mercados internacionales.
    Si Usted algo probó es su desconocimiento de cómo funciona elementalmente el Mundo.
    Fue exactamente al revés, estimado Sr. Z, ni el prestigio internacional de Ricardo Lopez Murphy ni el del mismísimo Domingo Cavallo permitieron el acceso de un mercado financiero que buscaba seguridad y no el riesgo que Argentina importa siempre. Riesgo sistemico o secular cuando personas como Usted son leídas y seguidas por Presidente de Naciones… que obviamente no tienen porque ni tampoco pueden saber de todo…
    Para enfrentar esta crisis los EE.UU. – como es costumbre – acudió a lo que se llama facilidades cuantitativas, vale decir groseramente emitir dólares como lo hizo luego de la crisis sub prime.
    A ver si comprende Sr. Z…. si estamos solos en el mundo y yo tengo una naranja y Usted tiene solo un pomelo todo lo que usted puede darme por mi naranja es 1 pomelo. Si tuviera 2 pomelos mi naranja valdría entonces eso… Cambie la palabra pomelo por dólares y naranja por soja y encontrará como funciona groseramente el sistema…
    Fue así que con problemas financieros pero sin posibilidad de financiamiento había que reestructurar nuestra deuda que es lo que quería hacer Domingo Cavallo pero no pudo en virtud de un Golpe de Estado oportunista orquestado seguramente por quienes se beneficiaron.
    Esa laxitud monetaria o facilidades cuantitativas de los EE.UU. o sea mas dólares en circulación hicieron que la soja que en Diciembre del 2001 valía 110 dólares la tonelada llegara a valer 630 dólares en el 2012..
    ¿Entiende Usted que si le pagan por aquello que produce 6 veces mas le va ingresar mas dinero en el bolsillo y le va ir mejor?
    Justamente a partir de ese momento, con la economía americana en expansión, los EE.UU. comenzó a retirar esas facilidades cuantitativas y con ello la consiguiente caída de la soja (como la de todas nuestras mercancías agropecuarias), la perdida de imagen de Cristina y las elecciones…
    Podemos discutir si Kicillof sería con su demanda agregada mejor ministro de economía que Milei con su escuela austriaca como sintonía fina. Si Lopez Murphy seria mejor que Cavallo… o si yo soy Gardel…. pero no podemos discutir que si lo que producimos por milagros de las cosas sube 1000000 veces su precio estaremos mejor o viceversa. ¿Entiende?
    No podemos discutir que si a mi vecino se le esta incendiando su casa no me va prestar sus matafuegos sí también se me esta incendiando la mía hasta tanto que no apague el suyo… porque el mundo es así. Cínicos oportunistas festejaban cuando en Wall Street a Cavallo no le prestaron sus matafuegos porque tenían ellos mismos un incendio…
    ¿Ortodoxia? ¿Liberalismo? Heterodoxia? Ortodoxia? De que me esta hablando Sr. Z?
    Las cosas son mas sencillas …. Lamentablemente la forma mas inoperante para resolver las cosas muy sencillas es enroscarse en tortuosos pensamientos dogmáticos … Lamentablemente muchos que creen saber mucho se olvidan de lo básico… de la piedra básica..
    Y no lo molesto más y concluyo… sabe porque EE.UU. puede emitir y no producir inflación y nosotros no? Porque ellos emiten para salvar a la economía positiva, al que produce… y nosotros para cubrir los agujeros de un Estado que solo sirve para establecer cuadros normativos.
    Se lo explico mas fácil para que hasta Usted me entienda…. Un Estado serio emite dinero para que quien tiene una vaca pueda comprar un toro y producir y producir y no haya hambre… Un Estado infeliz emite para que compremos una vaca, la hagamos choripan … y yo luego tenga que darle a Usted respuesta.
    Atentamente, Alex Daziano PD: Perdón Maestro por el abuso por lo extenso pero necesitaba sacarme la indignación de pensamiento tan “incalificable”. PD2: Sin eufemismos pobre Cristina … quien es el que le lleva los libros a leer? Pobre mujer la estan intoxicando y la necesitamos sana … Su habilidad de manejarse en la política es incuestionable… que pena que no la podamos aprovechar por estas cosas….(y otras).

  26. Dr cavallo. Un honor para mi publicar algo en su blog.. empecé a leer su libro estanflacion y por lo que vi está muy bueno. Un saludo

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