“Astana Economic Forum 2012”

Durante el 23 y 24 de Mayo se desarrollará en Astana, la capital de Kazakstán, la quinta versión del “Astana Economic Forum”, una reunión que congrega a economistas y políticos de todo el Mundo.

El año pasado fui invitado por primera vez y participé en dos mesas redondas. Una sobre “Como estimular el espíritu de empresa” y otra sobre «el riesgo  de que la Era del Dólar termine en Inflación Global”.

Este año tengo la responsabilidad de moderar una mesa en la que se discutirá el tema: “La Crisis europea y su significado para la Economía Global”. Participarán en la misma Thomas Mirrow (Presidente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, EBRD), Jacob Frenkel (Chairman del “Board of Trustees” del Grupo de los 30), Robert Mundell (Premio Nobel en Economía y Profesor de la Universidad de Columbia) Y Mario Blejer (Primer Vice-Presidente del Banco Hipotecario Nacional de Argentina). Para introducir el tema de esta mesa redonda preparé un documento titulad “Crisis en la Zona del Euro y su implicancia para la conformación del futuro Sistema Monetario Internacional”.

También preparé, a pedido de los organizadores, sugerencias para el documento final que se titulará “Astana Consensus” y se pondrá a consideración de los diversos organismos internacionales y de los líderes mundiales que integran el G20.

Luego de la reunión haré conocer mis impresiones a través de un nuevo post. Mientras tanto me pareció apropiado anticipar a los lectores de mi blog las opiniones que llevaré al “Astana Economic Forum 2012”

Si la gente se asusta y sale a comprar dólares…

Bajo este subtítulo, en mi libro Estanflación, publicado por “Sudamericana” en 2008, describí lo que está ocurriendo en 2012. Me lo acaba de recordar un visitante del blog que hace poco releyó aquel libro. Sudamericana ha decidido volver a publicar el libro en forma digital. Así que pronto volverá a estar disponible, al menos como e-book.

He estado una pocas semanas en Buenos Aires y Córdoba y no tuve tiempo de subir nuevos posts. Apenas pude contestar los muchos comentarios que recibí luego de dar mi opinión sobre la virtual confiscación de las acciones de Repsol en YPF. Como ahora ya estoy en viaje a Kazakstán y luego iré a Madrid y a Londres, pienso comenzar a escribir sobre la Crisis Europea. Pero para no dejar a los lectores del blog sin mi opinión sobre lo que está pasando en Argentina, decidí reproducir lo que escribí en setiembre de 2008 bajo el subtítulo que encabeza este post.

“Lo que está ocurriendo con el mercado de monedas extranjeras y la reacción del gobierno es lo que cabía esperar cuando en una economía se ha seguido una estrategia de inflación reprimida, basada en congelamientos, controles de precios y restricciones al comercio exterior, y la gente comienza a advertir que son insostenibles. Lo natural es que la población se asuste y salga a comprar dólares, como lo hizo tantas veces en el pasado ante situaciones no muy diferentes. Más aún cuando está muy desorientada por la contradicción entre el discurso del dólar alto que ha venido haciendo el gobierno y las intervenciones del Banco Central para que el precio del dólar baje.”

“Por el momento, quienes argumentan que es imposible que se produzca una demanda desesperada de dólares por parte de la gente que el Banco Central no pueda llegar a satisfacer muestran como prueba de sus afirmaciones el alto nivel de reservas que el Banco Central aún conserva. Pero esto es una ilusión, por no decir una alucinación.”

“Si descontamos las reservas los dólares que el gobierno probablemente tendrá que usar para evitar caer otra vez en una moratoria de la deuda externa en los próximos meses, más los dólares que tienen como contrapartida a las letras emitidas por el Banco Central, que sólo serán renovadas por sus tenedores si les pagan una tasa de interés cada vez más alta y gravosa para las cuentas fiscales, los dólares que le quedan al Banco Central para enfrentar una corrida en contra del peso son insignificantes.”

“Por eso, y porque me parece que el gobierno no permitirá que se desboque la inflación, como lo haría si el precio del dólar se escapara, pero tampoco podrá continuar con la política de los últimos meses de vender reservas, ni permitirá que las tasas de interés que debe pagar para renovar las letras que emitió para respaldar las reservas se torne extremadamente alta, sólo le quedará acentuar los controles de cambio. Es decir, restringir fuertemente la venta de dólares para usos que no considere prioritarios.”

“Esta conducta del gobierno es la que debe esperarse cuando se ha llevado a la economía a una situación de inflación reprimida. Y esto deberían saberlo los autores del Plan Fénix, pero pareciera que nunca reflexionaron suficientemente sobre la experiencia inflacionaria de cuarenta y cinco años, y particularmente sobre la experiencia de la década del 80, en la que varios de ellos fueron hacedores de política económica.”

“Por supuesto que si se acentúan los controles de cambio aparecerá un mercado paralelo para el dólar, en el que operarán quienes no consigan comprar las divisas del Banco Central. Puede suceder, incluso, que para evitar que este mercado sea negro o ilegal autoricen un mercado libre, pero me sorprendería teniendo en cuenta la mentalidad antiliberal que predomina en el gobierno.”

“En cualquier caso, aparecerá una brecha entre el mercado oficial y el mercado libre o paralelo, que no tendrá un efecto muy diferente al de las retenciones. Sólo que no será una brecha diferencial ni generará recursos fiscales para el gobierno. Cabe preguntarse por qué, en lugar de seguir esta estrategia, el gobierno no incrementa lisa y llanamente las retenciones luego de dejar que el dólar aumente un poco. Esto es lo que tenía en mente hacer hasta que el campo le dijo basta.”

“No creo que estén en condiciones políticas de hacer un nuevo intento, que además también sería resistido por la industria, porque es inimaginable que si vuelven a devaluar, controladamente, les permitan a los exportadores industriales y a quienes compiten con importaciones aumentar los precios en la misma proporción que aumente el dólar. Ante la necesidad de conseguir recursos fiscales, la decisión lógica del gobierno debería ser aumentar también las retenciones a las exportaciones industriales e imponer controles de precios a los bienes que compiten con importaciones. Nada de esto van a poder hacer, al menos no sin transformar la sucesión de conflictos sectoriales en infernal.”

“Si, como es altamente probable, cuando la gente decida comprar desesperadamente dólares, se crea de hecho un mercado paralelo, las reservas del Banco Central comenzarán a disminuir por operaciones de sobrefacturación de importaciones y de subfacturación de exportaciones que fueron habituales en los períodos de multiplicidad de mercados cambiarios originados en los controles de cambio. Cuando las reservas tengan un nivel mínimo estaremos a punto de pasar del período de estanflación, que es precisamente el período caracterizado por la existencia del mercado paralelo del dólar, a un período de hiperinflación.”

“Lo único alentador de esta posibilidad es que las hiperinflaciones son siempre cortas, por la simple razón de que son sumamente crueles y destructoras del orden económico y social. Dios quiera que nunca tengamos que volver a vivir esa experiencia.”

Mientras estuve en Buenos Aires respondimos con Guido Salvaneschi una consulta profesional sobre la devaluación monetaria y la dinámica de la inflación en Argentina, que analiza el comportamiento del mercado cambiario a lo largo del tiempo para interpretar lo que está ocurriendo en Mayo de 2012. Quienes estén interesados en leer ese análisis deben usar el siguiente link:    «Devaluación y dinámica de la inflación en Argentina».

Y Péguele Fuerte…hacia el precipicio

La vuelta al peor pasado de la Argentina, representado claramente por las décadas del 70 y del 80, no comenzó con la expropiación del 51 % de las acciones de YPF que pertenecían a Repsol. Tampoco con la confiscación de los fondos de pensiones, ni con las estatizaciones de Aerolíneas Argentinas y Aguas Argentinas. Ni con la creación de ENARSA. Ni con el control de los precios, las cuotas de exportación y las retenciones que llevaron al desmantelamiento de miles de  tambos, a la reducción dramática del stock ganadero y a muchos otros desatres productivos. Tampoco comenzaron con las restricciones a las importaciones y a la venta de divisas y los demás desmanejos económicos a los que asistimos desde el año 2002.

La vuelta al peor pasado de la Argentina comenzó con el Golpe Institucional  que se extendió del 19 al 30 de Diciembre de 2001. Y digo entre el 19 y 30 de diciembre de 2001 y no el 19 y 20 de diciembre de aquel año, porque el Golpe Institucional logró su objetivo cuando los representantes de los dos principales partidos de la Argentina, el Peronismo y el Radicalismo, designaron a Eduardo Duhalde como Presidente para completar el mandato de De la Rúa. Éste, en la opinión de quienes lo derrocaron, había cometido el grave error de darle continuidad a las políticas de los 90’s y de haberme pedido que yo volviera al Ministerio de Economía para buscar una salida ordenada a la grave crisis en la que había caído nuestra economía.

La vocación de la mayoría de los dirigentes políticos por retomar la tendencia al aislamiento internacional de la Argentina y echarle la culpa de nuestros problemas a quienes nos habían ayudado a modernizar la anquilosada estructura económica de la Argentina ya se había puesto de manifiesto en el largo aplauso que los miembros del Congreso Nacional habían prodigado al anuncio presidencial del Default de la Deuda Externa.

Peronistas y Radicales votaron los primeros días de enero de 2002 la virtual derogación de la Ley de Convertibilidad y consintieron en las semanas siguientes la pesificación, la derogación de la ley de intangibilidad de los depósitos bancarios  y la automática violación de todas las reglas bajo las cuales se había producido la privatización de las empresas estatales durante la década de los 90’s.

Todo lo que ocurrió desde entonces, incluida la expropiación de acciones de YPF, ha sido avalado por la mayoría de los dirigentes de los principales partidos políticos y constituyó un proceso magistralmente liderado por Néstor y Cristina Kirchner que han demostrado una genial habilidad para convencer a los argentinos que nuestro peor pasado es nuestro mejor futuro.

Casi todos los que pretendieron evitar esta vuelta a nuestro peor pasado han bajado ya los brazos y aceptado como inexorable este triste porvenir de nuestra Patria. Las últimas votaciones del ex Presidente Menem en el Senado de la Nación dan cuenta de esta resignación. Por supuesto que son muchos los que antes que Menem optaron por esta actitud. Yo diría que casi todos los dirigentes, con unas pocas honrosas excepciones. Cada vez que los veo votar las leyes que destruyen todo lo que habíamos conseguido en los 90’s, recuerdo el entusiasmo con el que seguían en aquellos años mis discusos en las tribunas políticas cuando me pedían que fuera a hacer campaña por ellos en sus respectivas provincias.

A quienes aún tienen deseos de que Argentina retome la buena senda, vuelva a insertarse con inteligencia en el Mundo y ofrezca oportunidades de progreso a todos sus habitantes, quiero trasmitirles que yo no he bajado los brazos. Yo sigo con la misma fuerza y pasión por el progreso de nuestra Patria que la que puse en mi tarea como Diputado Nacional entre 1987 y 1989, como Ministro de Relaciones Exteriores entre 1989 y 1991, como Ministro de Economía y de Obras y Servicios Públicos entre 1991 y 1996, como candidato Presidencial en 1999 y como Ministro de Economía entre marzo y diciembre de 2001.

Reconozco que durante los 90’s se cometieron muchos errores, de los cuales soy mucho menos responsable de lo que se quiere hacer creer a la gente, porque los principales errores se cometieron en el período en el que yo estuve fuera del Gobierno de Menem y, en la práctica, era su principal crítico. Pero nunca voy a dejar de sostener que la visión del Mundo y de Argentina que supimos predicar y convencer en aquellos años era y sigue siendo la correcta.  Y que, por el contrario, la visión del Mundo y de la Argentina que se ha impuesto desde 2002 nos llevará al mismo desastre en que terminaron las décadas del 70 y del 80.

Quien asuma la Presidencia el 10 de Diciembre de 2015 tendrá que hacer, en materia de política exterior, lo que yo hice como Ministro de Relaciones Exteriores y, en materia de organización económica y social, lo que hice como Ministro de Economía y Obras y Servicios Públicos . Porque tal como vamos, se están recreando todas las condiciones que hacia 1989 nos habían aislado del Mundo y la economía llegará al 2015 tan desorganizada y deteriorada como llegó a 1991.

Para quienes, por la forma en que está votando Carlos Menem, están perdiendo la esperanza de que este cambio drástico de tendencia política se produzca, quiero hacerles saber que yo no he bajado los brazos ni he cambiado de opinión. Y que mucho antes del 2015 me tendrán muy activo luchando por la Argentina que pudo y debió ser y no por esta deplorable versión a la que la actual dirigencia Argentina nos está conduciendo.

Cuando escuché las medidas que el Gobierno había decidido para resolver la crisis energética generada por las políticas del 2002 en adelante, recordé aquella vieja propaganda con la que, allá por los 80’s, se alentaba el uso de la nafta de YPF: Y Péguele Fuerte… sólo que esta vez la fuerza generada por la nafta de YPF apunta hacia el precipicio.

Auto-aislados del Mundo

Mientras la mayor parte de las naciones en proceso de desarrollo, de las cuales China es quizás el mejor ejemplo reciente, se integran crecientemente al Mundo y aprovechan las tecnologías, las inversiones y el comercio que cruzan las fronteras  cada vez con mayor libertad, nuestro País se ha ido auto-aislando a paso redoblado.

Este proceso comenzó con el default de la deuda externa, sin que desde entonces haya mediado negociación de buena fe con los acreedores; se acentuó con la violación por parte de Argentina de todos los contratos de concesión y la virtual confiscación del capital invertido en los sectores en los que se habían producido privatizaciones durante los 90’s; y culminó en las crecientes restricciones al comercio externo y al movimiento de capitales.

En materia de restricciones al comercio y violación de compromisos con nuestros socios comerciales pasamos de la prohibición de exportar gas a Chile en 2003 y de las trabas generalizadas a las exportaciones de carnes y cereales desde 2004 en adelante, a las trabas cuantitativas al comercio intra-mercosur y, mas recientemente, al virtual control discrecional de prácticamente todo tipo de importación de bienes y servicios.

No es de sorprender que la inversión directa extranjera haya prácticamente desaparecido y que quienes tienen excedentes financieros en Argentina, en lugar de invertirlos en el País, prefieran enviarlos al exterior. Si faltaba alguna señal que le indicara a quienes disponen de capacidad inversora que no se estaban equivocando cuando adoptaban esas decisiones, las restricciones a la compra de dólares y las trabas a las transferencias financieras al exterior, incluídos dividendos y repatriación de capitales, sirvió de certificación de que estaban acertando en buscar refugio fuera de la Argentina.

En lo inmediato el Gobierno Argentino parece creer que estas medidas perjudican sólo a países extranjeros y a residentes en el exterior pero que son beneficiosas para el País. Craso error. El auto-aislamiento Argentino a quienes más perjudica es a los propios argentinos que quedaremos entrampados en una economía cerrada a las nuevas teconogías, a las inversiones y al comercio tanto de importación como de exportación. Volveremos a quedar rezagados frente al resto del mundo en materia de productividad y calidad de vida y acentuaremos las pujas distributivas internas que aceitadas con la emisión monetaria van a provocar tasas crecientes de inflación. No debería ser difícil a nuestra gente, especialmente a quienes tienen más de 30 años, advertir que ésta sera la consecuencia, porque hemos vivido el mismo proceso en las décadas anteriores a 1990.

Lo que resulta difícil de entender, especialmente a quienes nos observan del exterior, es la perseverancia de los dirigentes argentinos en el error de creer que el auto-aislamiento puede aportar alguna solución duradera a nuestra decadencia económica. Debo confesar que yo me hago la misma pregunta y no encuentro respuesta fácil.

No subestimen a los Griegos!

Ultimamento es muy común leer comentarios peyorativos sobre los griegos y su democracia. Se dice que son improductivos y que nunca podrán acompasar al aumento de la eficiencia alemana, que no podrán seguir en la Eurozona, que terminarán defaulteando desordenadamente y tendrán que reintroducir el Dracma, que su sistema democrático no funciona porque tuvieron que designar a un Primer Ministro tecnócrata, que su economía nunca volverá a crecer, etc. etc.

Yo tenía otra imágen del Pueblo Griego y de su dirigencia, quizás porque conocía a muchos griegos que viven o vivían en Argentina, había conversado mucho con mi amiga Miranda Xafa y conocido desde tiempo atrás a Lucas Papademos además de a otros economistas griegos de muy buen nivel profesional y de mejor calidad humana. Pero debo reconocer que había entrado a dudar de mis prejuicios ante tantos comentarios desfavorables que escuchaba y leía… hasta que a mediados del año pasado hice dos viajes a Atenas, conocí a muchos de sus dirigentes y pude hablar con mucha gente común.

Debo confesar que de esos viajes y de mi participación en la discusión sobre que les convenía hacer a los griegos frente a la crisis me he convencido que mis prejuicios eran correctos.: los griegos son un gran pueblo y hacen honor a su cultura milenaria. No por nada son los inventores de la democracia. Para quienes aún tengan dudas invito a ver estos dos videos y advertirán cómo se discute en Grecia el futuro de su economía y como piensa la gran mayoría silenciosa del Pueblo Griego. Invito a que presten atención a los gestos de Nouriel Roubini que desde los Estados Unidos los quiere inducir al Default y a la Dracmización de la economía Griega.

Y con respecto a los que dicen que la designación de Lucas Papademos como Primer Ministro fue una imposición antidemocrática de Europa, no advierten el sentido de responsabilidad de la dirigencia política griega: fueron los dos principales partidos políticos : El PASOK (Partido Socialista) y Nueva Democracia (Partido Conservador) quienes decidieron formar un gobierno de Unidad Nacional y proponer a Lucas Papademos asumir como Primer Ministro. Ahora irán a elecciones parlamentarias y, si ninguno de los dos partidos obtiene mayoría absoluta, no sería raro que decidieran continuar con Lucas Papademos como líder del Gobierno. Y si ganara uno de los dos partidos, ambos responsables en igual medida de los desmanejos del pasado, es altamente probable que continúen implementando el programa de reformas que han comprometido frente a la Troika. Y lo harán, no porque se los haya impuesto Europa sino porque el Pueblo Griego exige a sus dirigentes que dejen de cometer los errores del pasado.

Me apena advertir que, lamentablemente, desde 2001 en adelante, nuestros dirigentes estuvieron muy distantes del patrón de conducta de los dirigentes griegos y me entristece que nuestro pueblo les haya permitido actuar con tanta impunidad.