Ayer leí un muy buen artículo de Paul Krugman en la Nación. Se titula: «La economía real también necesita un gran rescate«. Los lectores de este sitio habrán advertido cómo Paul Krugman cambió de opinión sobre los riesgos que significa el endeudamiento público en los Estados Unidos. Mientras en el artículo de 2004, que comenté en mi nota del 14 de octubre, alerta sobre el riesgo de que Estados Unidos caiga en una crisis como la de la Argentina, por exagerados déficits y su consecuencia: el aumento del endeudamiento público, hoy después de reconocer que la crisis que finalmente se produjo no tiene ese origen sino el exceso de endeudamiento privado, particularmente de las familias, recomienda no preocuparse por el déficit fiscal y evitar no sólo la quiebra generalizada del sistema bancario sino también rescatar a la economía real.
Yo estoy de acuerdo con su recomendación, porque existe fuerte demanda de dólares y de títulos del Tesoro Americano por parte de los que tratan de deshacerse de los bonos e hipotecas privadas y porque la economía real necesita financiamiento y demanda efectiva para evitar una depresión económica y ponerle un piso a la recesión inevitable. Algo que no podíamos hacer ni México, ni Brasil, Ni Rusia, ni los países asiáticos ni, por supuesto, Argentina, sin ayuda de los EEUU y los organismos financieros internacionales. Sin embargo, puede ser hecho por los EEUU, sin ayuda del resto del mundo en materia de recursos fiscales, por el simple hecho de que sigue siendo la economía y el Estado que más confianza inspira. Claro que dado el caracter global de la crisis iniciada en los EEUU, los demás estados deben hacer algo parecido, con sus propios recursos fiscales. Y lo podrán hacer en la medida que sus monedas y los títulos de sus respectivos tesoros inspiren confianza. Sin duda es imprescindible que las acciones de los distintos estados sea coordinada, como afortunadamente ha comenzado a ocurrir en la última semana.
Algunas economías emergentes, como la nuestra, tienen en la actualidad la suerte de que no será necesario que rescaten a sus respectivos sistemas bancarios, porque al estar sub-expandidos, como consecuencia de las crisis financieras anteriores, ahora no corren muchos riesgos. Pero no debemos cantar victoria. Nuestra economía está muy mal posicionada para llevar a cabo el rescate de la economía real, tal como lo propone Paul Krugman en esta nota. Incluso en comparación con otras economías emergentes. La razón? Muy sencilla: nadie demanda los títulos de la deuda pública argentina. No tenemos crédito, ni como sector privado ni como sector público. Si el gobierno Argentino siguiera la recomendación de Krugman, sin conseguir antes recuperar el crédito público, se vería obligado a una emisión monetaria enorme que provocaría una fuerte devaluación y mucha más inflación de la que hoy existe. Por eso es que alegrarse de la crisis global y pensar que no nos afectará, es una grave equivocación.
Pero comencé a escribir esta nota pensando no tanto en el artículo de Krugman, sino en el que Paul Samuelson publica hoy en Clarín. Se titula «Adiós al capitalismo de Friedman y Hayek». Está en el suplemento iECO, pero no lo he encontrado en internet, por eso no pongo el respectivo link. Estoy seguro que muchos estatistas que quieren que desaparezca la economía de mercado gozarán con lo que Samuelson dice en este artículo, a pesar de que el mismo aclara: «Acaso es este el final del sistema de mercado? Como ciudadano común espero que no. Mil años de historia económica avalan objetivamente cuán indispensables son los sistemas de mercado». Y continúa:»Marx, Lenín, Stalin, como economistas fueron tontos de la aldea. Y Mao peor. Ni que hablar de Castro en Cuba, Chávez en Venezuela y quienquiera que llevó a Corea del Norte al hambre y estancamiento».
Pero a renglón seguido se pregunta: «Qué fue entonces lo que provocó el suicidio del capitalismo de Wall Street a partir de 2007? En el fondo de esta hecatombe financiera, la peor de todas, está el capitalismo de laissez faire de Milton Friedman y Friedrich Hayek, sin ningún tipo de regulación. Fue la raíz de todos los males de hoy. Los dos están muertos pero sus legados venenosos perduran».
Milton Friedman y Friedrich Hayek, ambos premios Nobel como Samuelson, no podrán defenderse personalmente, pero cómo ya habrán apreciado los visitantes de este sitio que leen los comentarios, estoy seguro que muchos seguidores de la Escuela Austriaca saldrán a defenderlos.
Hoy voy a ayudar a mis visitantes de la Escuela Austriaca. Voy a utilizar un argumento en contra de la regulación y el estatismo que traté de neutralizar en mis respuestas a los Hayekianos pero que, paradójica mente, Samuelson utiliza en contra de Friedman y Hayek. Me explico: Quienes me enviaron mensajes con argumentos de la Escuela Austriaca y un video titulado «‘El dinero es deuda», sostienen que la crisis financiera tiene su origen en el sistema de encaje fraccionario de los bancos, que les permite a éstos emitir dinero a través de otorgar préstamos con un alto porcentaje de los fondos de sus depositantes. Atribuyen el origen de este sistema a regulaciones que se pusieron en marcha en Inglaterra en el siglo XIX y que a partir de allí no han hecho más que ampliarse, en el sentido de aumentar los márgenes de creación de dinero bancario sin respaldo. Este es el argumento de los Hayekianos.
Veamos cuál es el argumento central de Samuelson para condenar a Friedman y Hayek. El sostiene que el problema se originó en: «La ingeniería financiera es lo que nos permite ir de un apalancamiento cero a otro de, digamos, 50 a 1». Los austriacos dirían, el sistema de encaje fraccionario (que es de la misma naturaleza que lo que aquí Samuelson llama ingeniería financiera) permite llevar el apalancamiento de cero a 10 (si el encaje fraccionario es 10 % de los depósitos). La ingeniería financiera hizo que de 10, en los bancos comerciales, el apalancamiento llegara a 50 en los bancos de inversión. Pero esto no tiene nada que ver con las ideas de Friedman y Hayek.
Para que los lectores de este sitio no se mareen con las discusiones ideológicas entre premios Nobel y puedan hallar explicaciones prácticas, les recomiendo que lean las que da Felipe Murolo, en respuesta a mensajes de visitantes de este blog. Él explica porqué, la Banca de Inversión, funcionando no como banca comercial de depósitos y descuentos sino como un sistema de creación de títulos de deuda sin responsabilidad alguna del banco originador, que puede desprenderse del 100 % de los títulos que origina, lleva al tipo de excesos que provocaron la crisis que el mundo está viviendo.
La responsable no es ni la falta ni la ausencia de regulaciones en la economía de Mercado. Todas las economías de mercado han siempre tenido y vivido con un marco regulador. Las crisis se originan en las malas regulaciones. Y hay que aprender de las crisis, no para empeorar las regulaciones sino para mejorarlas. Entre paréntesis, luego de la crisis de 2001, nuestros Gobiernos en lugar de mejorar las regulaciones, las eliminaron o empeoraron. Por esa razón el Estado Argentino no podrá llevar a cabo lo que propone Krugman para los EEUU.