Llegó el momento de la Microeconomía

Con la inflación mensual por debajo del 6% mensual, el gobierno tiene que preocuparse porque en los próximos meses no vuelva a aumentar. El ataque definitivo contra la inflación con simultánea reactivación vigorosa de la economía recién podrá aplicarse a partir de la unificación y liberalización cambiaria que se logre sin salto devaluatorio.

El presidente Milei insinuó que salir de la recesión y volver a crecer es la nueva prioridad. En el discurso del 25 de mayo retomó la prédica por la baja de impuestos y señaló al impuesto país como el primer candidato a ser eliminado. Antes, en la Sociedad Rural, había hablado también de eliminar las retenciones. Esta mención es muy alentadora tanto como el énfasis que pone en la eliminación del déficit fiscal.

La preocupación por la microeconomía, que siempre estuvo presente en el discurso desregulador que acompañó al DNU y a la ley Bases y ahora se refuerza con el anuncio de que Federico Sturzenegger va a ocupar un puesto ministerial, tendrá que comenzar con la desregulación y liberalización del mercado cambiario que, hoy por hoy, es el mayor condicionamiento para el buen funcionamiento de las empresas productoras de bienes y servicios del sector privado.

La preocupación por la microeconomía será también un ingrediente esencial para que pueda fructificar la labor del nuevo jefe de Gabinete en materia de búsqueda de consensos con los gobernadores y mantenimiento de la paz social.

El impresionante aumento de la recaudación impositiva durante el mes de mayo, si se mantiene en el tiempo, brinda la oportunidad de trabajar en el mejoramiento de la calidad del ajuste del gasto público y en la negociación con las provincias para que acompañen los esfuerzos desreguladores del gobierno nacional, comenzando con la reducción de los impuestos distorsivos que son de jurisdicción provincial, en particular los que gravan a los ingresos brutos.

También abre la posibilidad de que se reinicien las obras públicas nacionales y provinciales que cuentan con financiamiento externo. El BID tiene 6,500 millones de dólares pendientes de desembolso para financiar proyectos que han sido suspendidos en su ejecución para bajar el gasto público. Su reinicio podría comenzar a revertir la fuerte caída del nivel de actividad en la construcción, ámbito en el que se ha producido el mayor porcentaje de pérdida de empleos privados.

La marcha de la inflación

Según Alberto Cavallo, que sigue la tendencia de la inflación a través de los precios online, la tasa mensual hasta el 19 de mayo siguió cayendo. A fines de abril era del orden del 5% y cayó al 3.5% el 19 de mayo, pero subió al 3.8% en los últimos días según datos de PriceStats.

La tasa medida por INDEC en abril terminó siendo 8.8%, algo por arriba de la que nosotros habíamos estimado en mi post del 30 de abril. Si en mayo hubieran continuado los ajustes de los precios de la energía y de los transportes como habían sido anunciados, la tasa de inflación a publicar por el INDEC tendría que ser del orden del 7%, pero dado que el gobierno decidió postergar los ajustes de los precios controlados para más adelante, es posible que la tasa mensual de mayo termine estando alrededor del 5%.

Es obvio que la postergación de los ajustes de precios de la energía y los transportes significará aumentar el costo fiscal de los subsidios, pero en particular, en el mes de mayo ello no debería significar una disminución del superávit fiscal porque la recaudación impositiva experimentó un fuerte aumento.

Todavía no están los datos completos, pero la recaudación de los impuestos coparticipados subió un 366% con respecto al mismo mes de 2023 y un impresionante 87% con respecto al mes de abril. La recaudación del impuesto país también debe haber aumentado mucho debido a la colocación del BOPREAL dividendos que ascendió a 1.700 millones de dólares y paga 17,5% de impuesto.

Para que el proceso de desinflación se consolide, tal como sostuve en mi post del 30 de abril, es necesario clarificar cómo se avanzará hacia el sistema monetario de competencia de monedas. En lo que resta de este informe, me abocaré a este tema.

¿Cómo se pasa del sistema monetario actual a un régimen de competencia de monedas?

El sistema monetario actual no permite que el dólar pueda cumplir eficientemente con todas las funciones de una moneda de curso legal, particularmente que pueda servir como reserva de valor y permita la utilización del ahorro en dólares para financiar inversiones o capital de trabajo de personas y empresas. Por consiguiente, es muy diferente a un régimen eficiente de competencia de monedas.

Los controles de cambio, vulgarmente denominados “el cepo” son los que impiden que el dólar pueda cumplir con todas las funciones de una moneda de curso legal. Y, con razón, el ministro de Economía y el presidente del Banco Central dicen que el sistema monetario convergerá a un sistema de competencia de monedas cuando se elimine el cepo. Una cuestión importante es encontrar la mejor forma de avanzar en forma gradual hacia la eliminación del cepo.

En realidad, hay que distinguir entre dos tipos de cepos monetarios que existen actualmente. Uno, al que conviene denominar “cepo comercial”, es el que obliga a los exportadores a vender los dólares que cobran por sus exportaciones al Banco Central, quien a su vez decide cómo administra los pagos por importaciones. Otro, al que conviene denominar “cepo financiero”, es el que declara ilegal la compra y venta de dólares por afuera del denominado “Mercado Único y Libre de Cambios” (MULC) pero permite que bajo ciertas condiciones puedan utilizarse bonos en dólares, cotizables en pesos y en dólares, para convertir cuentas bancarias de pesos a dólares y mover capitales desde y hacia el exterior.

Ambos cepos provocan la existencia del mercado paralelo o informal. Por razones estéticas, a los dólares cotizados en este mercado, los operadores prefieren llamarlos “blue”. En realidad, el dólar billete que circula abundantemente en Argentina y los dólares depositados en el exterior que no figuran en el patrimonio declarado de residentes argentinos, son todos dólares blue.

El cepo comercial alimenta al mercado del dólar blue a través de la subfacturación de exportaciones y la sobrefacturación de importaciones, prácticas muy difundidas luego de tantos años de cepo comercial.

El cepo financiero provoca la existencia de dos mercados “pseudo libres”, el Mercado Electrónico de pagos también denominado “MEP” o “dólar Bolsa”, y el denominado “contado con liquidación”.  Son pseudo libres porque no todas las personas pueden acceder a estos mercados (hay limitaciones de monto, de incompatibilidad temporal con operaciones en el MULC y de capacidad para contar con las cuentas de depósitos en dólares en el país y en el exterior). Además, son ineficientes, porque las comisiones de compra y venta de bonos en dólares y el denominado “parking” impuesto por la Comisión Nacional de Valores, crean un costo de intermediación de varios puntos porcentuales.

El Banco Central utiliza el cepo comercial como herramienta para comprar el superávit comercial de la Balanza de pagos al tipo de cambio oficial que él mismo determina. Al mismo tiempo utiliza a los mercados MET y CCL para controlar la brecha con el mercado oficial mediante la disposición del porcentaje de ingresos por exportaciones que autoriza a liquidar en el mercado CCL y la compra o venta de los bonos más utilizados para estas operaciones que tiene en su cartera.

 Así descripto, queda claro que el sistema cambiario no es un “mercado único y libre de cambio” sino un desdoblamiento confuso e insincero, donde no existe ni unidad ni libertad. Permite un manejo discrecional tanto por el lado de las cantidades como de los precios según el tipo de transacciones permitidas. Hay muchas transacciones lisa y llanamente condenadas a la ilegalidad. Son estas últimas las que dan lugar al mercado eufemísticamente denominado “blue”.

Ventajas del desdoblamiento formal y la eliminación del cepo financiero

Un desdoblamiento formal del mercado cambiario, manteniendo los controles de cambio sobre las transacciones relacionadas con el comercio exterior de bienes, y liberalizando totalmente todo el resto de las transacciones, fundamentalmente las de servicios y las financieras por movimiento de capitales, es el mejor camino para avanzar hacia un sistema monetario de competencia de monedas. No puede haber competencia entre el peso y el dólar como monedas alternativas si el rol del dólar como reserva de valor está condenado a la ilegalidad.

Por supuesto, la competencia de monedas quedará perfeccionada cuando pueda reunificarse el mercado comercial con el mercado financiero libre, pero el paso previo por la liberalización del mercado financiero es ineludible para avanzar eficientemente hacia el sistema de competencia de monedas.

El único mecanismo capaz de permitir e inducir la re-monetización en dólares de la economía que decidan las personas es la liberalización del mercado financiero junto con el blanqueo de capitales y la autorización para que los bancos reciban depósitos en dólares con la misma facilidad y prerrogativas de los depósitos en pesos es

¿Habrá re-monetización en pesos? 

Independientemente de cuantos pesos el Banco Central ponga en circulación (M0), la desmonetización (reducción de M0/P) o re-monetización (aumento de M0/P) surgirá del comportamiento del nivel de precios en pesos (P), es decir, de la tasa de inflación.

Si, como han dicho tanto el presidente Milei como el ministro Caputo, el Banco Central va a mantener a M0 constante, es decir, no habrá ningún mecanismo de emisión de pesos y la demanda de pesos en términos reales aumenta porque al desinflarse la economía la gente decide aumentar su ahorro en pesos, el nivel de precios tendrá que reducirse, es decir, tendrá que haber “deflación”. Si, por el contrario, la gente decide ahorrar menos en pesos, tendrá que haber inflación, aun cuando no haya emisión de pesos.

Si el objetivo de la política monetaria y cambiaria fuera la estabilidad del nivel de precios (es decir, evitar tanto la deflación como la inflación), el Banco central en lugar de mantener M0 constante tendrá que manejar los encajes legales de los depósitos en pesos y en dólares, las tasas de interés en ambas monedas (a través de operaciones de mercado abierto con bonos en pesos y en dólares e intervenir en el mercado cambiario comprando o vendiendo reservas de tal manera de tender a estabilizar el precio del dólar en pesos. Esto es lo que hace, magistralmente, el Banco Central del PERÚ.

¿Qué riesgo se corre si la apertura total del cepo no incluye una etapa previa en la que haya un mercado financiero verdaderamente libre?

La cotización del dólar en los mercados CCL y MEP subestima el tipo de cambio que resultaría en el mercado verdaderamente único y libre, es decir, sin cepo alguno. Como consecuencia de esta subestimación, el Ministerio de Economía y el Banco Central pueden llegar a sobreestimar la capacidad de influir sobre la tasa de inflación mediante el crawling peg activo del 2% mensual. En consecuencia, aumenta el riesgo de que no sea posible la eliminación completa del cepo sin un salto devaluatorio inicial que vuelva a exigir realineamiento de precios relativos de bienes transables y tarifas de servicios públicos.

La inflación sigue bajando. Para que esta tendencia se consolide se debe clarificar el proceso de salida del Cepo

La tasa mensual de inflación que publicará el INDEC para el mes de abril será de alrededor del 8,5%, tres puntos porcentuales mas alta que la calculada por Alberto Cavallo en base a los precios de los bienes y servicios que se comercializan online. La diferencia se explica por los ajustes de tarifas que estaban fuertemente reguladas por el gobierno anterior y han comenzado a ajustarse a los costos y a una rentabilidad normal.

Para el mes de mayo esperamos una tasa mensual publicada por INDEC de entre 6 y 7%, porque la tendencia que anticipan los precios online ubica a la tasa en el 5% y el efecto de los reajustes remanentes de precios y tarifas controlados, que el ministro de Economía ha dispuesto que sean más espaciados, probablemente se ubiquen entre 1 y 2 puntos porcentuales.

 A partir de mayo van a comenzar a operar mecanismos indexatorios a la inflación del mes anterior para jubilaciones, sueldos y tarifas de servicios en general, incluidos combustibles. Estos se constituirán en factores de inercia inflacionaria que difícilmente puedan ser neutralizados por el ajuste del tipo de cambio oficial al 2% mensual.

Además, comenzará a influir la expectativa de un salto devaluatorio al momento de la unificación y liberalización del mercado cambiario que sólo podrá aplacarse si se clarifica de una manera creíble cómo se avanzará hacia una organización cambiaria y monetaria que permita la estabilidad del tipo de cambio libre y el quiebre de la inercia inflacionaria.

Nuestro pronóstico es que mientras esto último no ocurra, la tasa mensual de inflación se estancará entre el 6 y el 7 % mensual.

La inflación sigue bajando

Como lo hacemos habitualmente, para estimar la tasa de inflación aún no publicada por INDEC y la de los meses siguientes, partimos de la medición de PriceStats que da a conocer Alberto Cavallo a través de sus tweets.

La medición más reciente indica que la inflación de Argentina sigue cayendo. La tasa mensual medida en base a los precios online está cerca del 5%, con tendencia decreciente (Gráfico 1)

Usando el índice de precios diarios de Argentina, Alberto Cavallo detecta un nuevo cambio estructural el 14 de marzo. La tendencia actual es del 78% anual, aproximadamente la mitad de la tendencia anterior. Ese porcentaje anual equivale, precisamente al 5% mensual que es la estimación que adoptamos para el mes de mayo (Grafico 2)

La medición de PriceStats se basa en la captura de los precios online de todos los bienes que se comercializan por internet. Por lo tanto no toma en cuenta la evolución de los precios de los servicios, los que normalmente no se comportan de manera muy diferente a la de los bienes.

Pero en el caso particular de Argentina, por los controles de precios y las prácticas frecuentes de congelamientos y ajustes discretos suelen existir diferencias significativas con los índices publicados por INDEC.

Desde febrero, cuando comenzaron a liberarse los precios y a ajustare los que habían estado congelados durante el año anterior, las diferencias fueron del orden de entre los 2 y los 3,5 puntos porcentuales. Esto se puede ver en el cuadro 1.

Por esta razón nuestra estimación de la tasa de inflación que publicará el INDEC para el mes de abril llega al 8,5%, tres puntos porcentuales por arriba de la calculada en base a los precios online.

 Igualmente para el mes de mayo, cuando la proyección de PriceStats es 5% estimamos que la tasa que publicará el INDEC estará entre el 6 y el 7%. Reducimos los 3 puntos porcentuales a sólo 1 o 2 porque el Ministerio de economía ha anunciado que postergará los ajustes de tarifas eléctricas, de precios del gas y de los transportes que habían sido anunciados.

Será difícil que la inflación mensual siga bajando en los meses posteriores. Sólo lo hará cuando quede claro cómo funcionará el sistema monetario a partir de la unificación y liberalización completa del mercado cambiario y se creen mecanismos para quebrar la inercia inflacionaria.

Como puede apreciarse en el cuadro 2, la reducción de la tasa de inflación publicada por INDEC del 25,5% en el mes de diciembre de 2023 al 8,5% en el mes de abril se logró en base a fenómenos extraordinarios que difícilmente puedan repetirse en los próximos meses.

Entre diciembre y enero se produjo una fortísima reducción del gasto público (columna 1 del cuadro 1). Venía subiendo mucho a lo largo de todo el año 2023 y llegó al extremo de hacerlo en un 43% en diciembre, pero en enero, la determinación del gobierno de eliminar de cuajo el déficit fiscal produjo una reducción del 14% seguida por otra del 8% en febrero.

En paralelo, la base monetaria ampliada (que suma a la base monetaria normal el stock de pases y leliks) que había subido 61% en diciembre llegó a subir sólo 3% en febrero (Columna 2 del cuadro 2) y el ajuste del tipo de cambio oficial que había sido del 85% en diciembre y 26% en enero se redujo al 2% mensual a partir de febrero (Columna 3 del cuadro 2).

Otro factor que ayudó a la desinflación fue el comportamiento del tipo de cambio CCL que venía subiendo mucho hasta enero se redujo 3% en febrero y 9% en marzo para mantenerse estable a lo largo de abril (Columna 4 del cuadro 2).

Nuestro pronóstico de estancamiento de la tasa de inflación a partir de junio entre el 6 y el 7 % se basa en el fenómeno de la inercia inflacionaria que aparece cuando comienza la indexación retrospectiva de muchos de los precios de la economía, en particular de los salarios, las jubilaciones, las tarifas de servicios y, probablemente, el tipo de cambio pseudo libre.

El gasto Público ya no siguió bajando en marzo y aunque aún no están los datos de abril, es muy probable que tampoco lo haya hecho en ese mes. Hacia el futuro, con las jubilaciones y los salarios subiendo al ritmo de la inflación del mes anterior, es probable que el gasto público quede prácticamente indexado y ya no ayude a la desinflación, como lo hizo en los primeros meses del año.

La base monetaria ampliada ya subió al 7% mensual en marzo y al 10% mensual en abril, a pesar de que el Banco Central bajó varias veces la tasa con la que se remuneran los pases. Esto tiene que ver con la emisión a que da lugar la compra de reservas, algo que lejos de reducirse tenderá a aumentar.

Una cuestión clave a analizar es la probable evolución del tipo de cambio, porque el gobierno sigue insistiendo en que mantendrá el cepo y el ritmo de devaluación oficial del 2% mensual. En particular, vale la pena analizar si esta política cambiaria es sostenible y en caso de serlo, cómo se producirá luego la unificación y liberalización del mercado cambiario.

Los controles cambiarios y la represión financiera

Los controles cambiarios se mantienen porque le permiten al Banco Central acumular reservas y al mismo tiempo, controlar tanto el tipo de cambio nominal para las operaciones comerciales como el tipo de cambio denominado CCL (Contado con liquidación).

La acumulación de reservas se logra porque los exportadores están obligados a vender al Banco Central los dólares que generan y el Banco Central decide, en la práctica, cuantos dólares venderá a los importadores.

Por de pronto se dejó de vender dólares para el pago de la deuda comercial de los importadores con sus proveedores que se había acumulado durante el gobierno anterior. Para darle una salida a esta situación se introdujeron los BOPREALes, lo que significó postergar la entrega de esos dólares entre 1 y 3 años.

Para pagar las nuevas importaciones, que se tornaron más caras no sólo por la devaluación de diciembre sino también por el aumento del impuesto país, el Banco Central entrega los dólares en forma diferida por 1 a 3 meses con lo que consiguió que por algunos meses los pagos por importaciones sean un poco más bajos que las importaciones registradas en las cuentas comerciales haciendo que el saldo del balance cambiario supere al saldo del balance comercial propiamente dicho.

Las transacciones que se realizan a través del mercado CCL no generan acumulación de reservas. Por el contrario, el afán del Banco Central de controlar indirectamente el tipo de cambio CCL, lleva a que un 20% de las exportaciones se liquiden en ese mercado y que cuando se insinúa un aumento de la cotización, el Banco Central sale a vender títulos de su cartera como forma de aumentar la oferta y contener el aumento.

El acceso al mercado CCL no es libre porque existen también restricciones. Está limitado el monto máximo de cada transacción, hay restricciones cruzadas entre el acceso al mercado oficial (llamado eufemísticamente MULC) y el CCL y no se puede utilizar este mercado para repatriar capital o distribuir dividendos.

Si bien no hay restricciones para los individuos que quieren comprar dólares en la bolsa (dólar MEP) esta transacción significa transformar una cuenta bancaria de pesos a dólares. Pero esos dólares blancos, depositados en un banco, están sujetos también a las restricciones que impone el control de cambio para los pagos al exterior. Por consiguiente, se trata de dólares bancarios de circulación restringida.  Estas limitaciones explican por qué los depósitos en dólares en el sistema bancario ascienden sólo a 19 mil millones de dólares cuando durante el gobierno de Macri, antes de que se impusiera el cepo, llegaron a ascender a 35 mil millones de dólares. Esto se puede observar en el gráfico 3.

Claramente, el desaliento al mantenimiento de cuentas bancarias en dólares restringe grandemente la intermediación financiera en esa moneda, es decir, la oferta de financiamiento en dólares provista por el sistema bancario argentino. Esto también se puede apreciar en el gráfico 4 , que muestra como la caída de prestamos en dólares fue tan acentuada como la de los depósitos.

Mientras se mantengan todas estas restricciones para la operatoria financiera con dólares, se estará muy lejos de hacer funcionar a la economía con un sistema de competencia de monedas y, por supuesto, aún mas lejos de pensar en una dolarización completa de la economía (aún cuando se refiera a una dolarización sin rescatar los pesos emitidos en el pasado, como lo ha sugerido Milei en uno de sus últimos discursos).

Desdoblamiento, liberalización financiera y reunificación completa al final

Yo sigo insistiendo, como lo vengo haciendo desde que se instaló el cepo, que debería desdoblarse formalmente el mercado cambiario, mantener los controles sólo para el mercado comercial y liberar totalmente el mercado financiero. Sólo así se podrá conocer cual es el tipo de cambio de equilibrio de un eventual mercado libre, amén de que significaría eliminar la represión que hoy impide la intermediación financiera con dólares de libre disponibilidad.

La eventual reunificación, sin salto cambiario reintroductor de inflación, se logrará en la medida que el precio del dólar en el mercado financiero se estabilice sin intervención del Banco Central y el tipo de cambio comercial se aproxime al primero en forma gradual, es decir, a través de un crawling peg realista.