Se necesitan instituciones y liderazgo

 

En la primera semana de setiembre se reiteran las noticias sobre la falta de instituciones. En materia económica carecemos de moneda y de sistema financiero. Por lo tanto no existen los mecanismos institucionales para que el ahorro quede en el país y se transforme en crédito para la inversión familiar o empresaria. Tampoco existen los mecanismos para que funcionen los mercados de futuro. El artículo de La Nación del domingo pasado, describiendo cómo los agricultores utilizan a los granos como moneda y a los silos como bancos, es un excelente ejemplo de la falta de instituciones. Si tuviéramos moneda y bancos, los agricultores habrían vendido su cosecha y tendrían depositado dinero en los bancos. Esto permitiría que las instituciones dieran crédito y que las exportaciones aumentaran en lugar de bajar, como lamentablemente ocurrió en el primer semestre de este año.
 

La mayor parte de los contratos de la economía, salvo los de muy corto plazo, están sometidos a disputa prejudicial y, en muchos casos, judicial. Esto significa que no están siendo cumplidos y que de la discusión pueden generarse fuertes acreencias para unos y pesadas deudas para otros. Las deudas que el Estado corre el riesgo de acumular, por no cumplir los contratos en los que es parte y hacer imposible el cumplimiento de contratos entre particulares, son de una magnitud aterrorizadora.

La Corte Suprema de Justicia, cuando aún no se ha pronunciado sobre casos obvios de inconstitucionalidad, como la reprogramación forzosa de depósitos y la pesificación, declara inconstitucional la denominada "Ley del Déficit Cero". Esta ley  fue votada por el Congreso para permitir que el Poder Ejecutivo pueda conciliar las limitaciones impuestas por la Ley Anual de Presupuesto y la falta de crédito cuando hay caída de la recaudación. Si el "Déficit Cero" viola garantías constitucionales, entonces la inflación será el único mecanismo de reducción, en este caso, brutal e ilimitado, de los salarios y las jubilaciones. Por si no lo habíamos entendido durante 45 años de inflación, nos lo acaba de recordar el aumento de los precios que siguió a la devaluación de nuestra moneda dispuesta por el actual gobierno. Sobre esta cuestión la editorial de La Nación del sábado pasado es muy clara.

Podría seguir escribiendo muchos renglones sobre la increíble destrucción de instituciones económicas que ha llevado a cabo el Gobierno de Duhalde, apoyado por Alfonsin, pero no quiero extenderme demasiado, porque se trata de un tema muy conocido. Prefiero dedicar unos párrafos a la carencia de liderazgo que hoy afecta a la Argentina. Lo que ha ocurrido en Brasil alrededor del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, en comparación con lo que ocurrió en nuestro país hace exactamente un año, es una clara demostración de que allá existe liderazgo y aquí no.

Para esta misma época, el año pasado, el Directorio del FMI nos aprobaba un préstamo muy importante. Significó un desembolso inmediato de 5 mil millones de dólares para reforzar las reservas del Banco Central, el compromiso de 3 mil millones adicionales para apoyar la reestructuración de deuda y la luz verde para avanzar con los desembolsos pendientes del propio FMI más el otorgamiento de nuevos préstamos por el BID y el Banco Mundial. Se trató de un préstamo proporcionalmente más grande que el que le está otorgando en estos momentos a Brasil. Si bien se habla de 30 mil millones, el desembolso inmediato para Brasil es de sólo 6 mil millones, siendo que su economía y su deuda triplican a la de Argentina. Los desembolsos comprometidos para el futuro son de una magnitud, proporcionalmente parecida a los que nosotros teníamos pendientes desde el otorgamiento del "Blindaje" a fines del año 2000.

Mi argumento para convencer al FMI y a los gobiernos del G-7 sobre la razonabilidad del préstamo que estábamos solicitando consistió en presentar la aprobación por el Congreso Nacional, con apoyo de los gobernadores, de la Ley del Déficit Cero, como  la demostración de que contábamos con el liderazgo político necesario para superar la crisis. No íbamos a tener más déficit fiscales, pero necesitábamos apoyo para revertir la desconfianza de los depositantes en las instituciones financieras, particularmente, en aquéllas que le habían prestado a las Provincias y tenían muchos bonos del gobierno en su activo.

Conseguimos el préstamo del FMI y paramos durante septiembre y octubre el drenaje de depósitos bancarios. Pero teníamos por delante la reestructuración de la deuda, tanto Nacional como Provincial, que iba a ser una tarea difícil, porque había que convencer a los acreedores para que otorgaran una reducción a la mitad de la factura de intereses, además de alargar los plazos de vencimiento de la deuda. Para seguir ayudándonos con la reestructuración de la deuda, los países del G-7 y el FMI nos pedían señales de unidad política detrás del programa. De la Rua le explicó con lujo de detalles la cuestión a Alfonsin y a los gobernadores Radicales. Yo hablé mucho con Duhalde y con los gobernadores Justicialistas, pero el apoyo que necesitábamos nunca llegó. Por el contrario, cuando ya habíamos logrado reestructurar exitosamente toda la deuda interna, Alfonsin y Duhalde apoyaron el golpe institucional del 19 y 20 de diciembre para tomar el poder desde el 1 de enero y comenzar a destruir las instituciones económicas argentinas.

¿Qué está pasando en Brasil?  Todo lo contrario. Cuando Fernando Henrique Cardoso y Pedro Malan le explican a Luis Ignacio Lula y a Ciro Gómez  la necesidad de comprometer políticas fiscales y monetarias serias para viabilizar un manejo ordenado de la deuda interna y externa, éstos brindan su apoyo, a pesar de estar inmersos en una dura contienda electoral. Si Lula y Ciro Gómez fueran como Alfonsin y Duhalde, en lugar de apoyar el programa presentado al FMI por el Gobierno, habrían contribuído a desestabilizar aún más los mercados y provocado una explosión del problema de la deuda en manos del gobierno de Fernando Henrique Cardoso para demostrar que "las políticas neoliberales son nefastas".

La comparación de conductas demuestra que en la Argentina existe falta de liderazgo político. Pero no por ausencia de vocación de poder de sus dirigentes, sino por falta de inteligencia y de patriotismo. Sin duda, Alfonsin y Duhalde tenían la misma vocación de poder que Lula y Ciro Gómez, pero se comportaron como dos personas poco inteligentes y nada patriotas. Para gozar de la satisfacción intelectual de decir que ellos tenían razón con sus críticas al "modelo", a pesar de que no habían podido convencer a la gente en las urnas, estuvieron dispuestos a empujar a la Argentina a la cesación de pagos, la devaluación y el caos.

La próxima elección presidencial es una oportunidad para que los argentinos recreemos un liderazgo político inteligente y patriótico. Además, es imprescindible que la Suprema Corte de Justicia limite el efecto destructivo sobre las instituciones económicas de las numerosas normas inconstitucionales dictadas por el Ejecutivo y el Congreso Nacional desde que asumió Duhalde. Ojalá la terminación del Juicio Político a la Corte, que podría decidirse en dos semanas, ponga al alto tribunal en condiciones de hacer una contribución patriótica al reestablecimiento institucional de la Argentina. Instituciones y Liderazgo son ingredientes indispensables para que la Argentina vuelva a tener futuro.

6 comentarios en «Se necesitan instituciones y liderazgo»

  1. Si en ves de que el pueblo eliga a los líderes póliticos, se modifica la democracia para que el pueblo eliga gente reconocida por su capacidad intelectual y estos luego eligan a los líderes políticos que nos van a gobernar…¿es utópico o se podría hacer? No creo que la gente este preparada para votar inteligentemente, está probado que la propaganda y el populismo triunfa en la Argentina.

    1. El problema Pablo, es quién se puede arrogar el derecho a señalar quién tiene y quién no tiene capacidad intelectual. Yo creo que aunque imperfecta, la democracia sigue siendo el mejor de los sistemas.

  2. Estimado Domingo Cavallo

    Recuerdo lo difícil de implementar la Ley del Déficit Cero, que a pesar de lo odiosa por poner en evidencia la realidad de falta de crédito, me pareció una solución adecuada para salir de la asfixia en ese momento. Entonces en el Anses nos quedábamos hasta tarde haciendo cálculos del impacto en la Gerencia de Presupuesto donde trabajé hasta diciembre del 2001. Lo difícil políticamente es que se necesitaba que los perjudicados aceptaran recortes sin chistar como contribución patriótica (!). Pregunta: no había otra alternativa mejor? Ud menciona en sus otras notas, haber podido utilizar una moneda no convertible?
    Perdone mi ingnoracia (no vivo en Argentina desde el 2002), pero por qué fue declarada inconstitucional la ley de DCero? lo fue por ese recorte aplicado sobre salarios y jubilaciones?

    Con respecto a la segunda parte de la nota, fue falta de inteligencia y patriotismo lo que explicara la posición de Duhalde/Alfonsín? no tendrían ellos otros intereses? Amén de ello, no faltó quizá explicar mejor la situación para obtener apoyo, digo, de parte suya como principal actor en ese momento? Porque decir que De la Rua explicara algo suena bastante improbable… qué difícil tarea un ajuste fiscal en recesión!

    Una vez más, gracias por este espacio q permite clarificar y aprender a través del fluido intercambio con quienes le presentan inquietudes.

    Saludos, JdG

    1. Yo creo que fue declarada inconstitucional porque autorizaba recortes en sueldos y jubilaciones. Lamentablemente los jueces no entienden que la devaluación y la inflación, que son la alternativa, producen recortes mayores y más brutales. Yo creo que Duhalde y Alfonsín lo hicieron por falta de inteligencia más que por falta de patriotismo. Es cierto que deberíamos haber explicado mucho más.

  3. Señor yo le quisiera preguntar, ya que coincido con usted en que no tenemos capacidad de ahorro porque carecemos de moneda (los billetes vienen sin el texto «convertibles de curso legal», y el sistema financiero no responde a lo que nos teñia acostumbrados los 90, debo serle sincero, yo adquirí mi departamento y una moto en el lapso de 4 años, hoy no puedo comprarme nada, aunque ahorre. Por eso yo quiero preguntarle a una persona de mundo, economista, un hombre de este país, Si usted tuviera un sueldo de 2600 pesos , 2 hijos no paga alquiler, su mujer no trabaja, en que invertiria? y pensando a 10 años una inversion de poco dinero $1200 pesos, donde lo pondría? en un banco? perdí la confianza!, bajo el colchón?nono, pierde valor nominal dia a dia, tantas son mis ganas de crecer que no cuento con plan certero para mi pequeña inversión? ME AYUDA CON ESTE DILEMA? GRACIAS

    1. Lamentablemente la inflación elimina las alternativas capaces de proteger el ahorro si uno lo quiere mantener con liquidez. Yo ceo que la mejor opción sigue siendo un depósito en un banco, pero a plazos cortos para poder canjearlo por otro activo si la inflación muestra signos de descontrolarse.

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