Nestor Grancelli Cha, un amigo que nunca olvidaré

Una de las mayores satisfacciones de mi vida pública ha sido conocer y dialogar con Nestor Grancelli Chá. En mi última estadía en Buenos Aires, me reuní y tuve una larga conversación con él,  como lo hacía cada vez que volví al país durante los últimos 13 años. Fue el domingo 6 de junio y cuando lo llamé para invitarlo, me dijo que trataría de cancelar otro compromiso previamente adquirido. A la hora me llamó y se vino a almorzar conmigo.  Por supuesto, no me imaginé que sería la última oportunidad en la que nos veríamos.

Hacía poco había cumplido 94 años, pero tenía la lucidez y vitalidad de una persona en el mejor momento de su vida. Me contó que estaba escribiendo una novela que, con nombres ficticios, reflejaba una experiencia que lo había impactado mucho. Se trataba de las peripecias por las que atravesó el hijo de un gran amigo suyo que en 1976 tuvo que exiliarse. Él lo alojó en su casa de campo de Uruguay y luego lo ayudó a enfrentar numerosos problemas derivados del cambio de nombre y nacionalidad a los que debió recurrir para poder sobrevivir. Cuando ya de regreso en la Argentina que había recuperado la democracia, su protegido murió siendo aún joven y dejó una esposa y un hijo. Los problemas derivados del cambio de nombre y nacionalidad continuaron afectando a sus sobrevivientes y Néstor trató de ayudarlos a resolver el problema en los tribunales de Argentina, sin conseguirlo. La solución vino de una actuación mucho más eficaz de la justicia brasilera, país en el que el protagonista de esta historia se había casado durante el exilio.  Ojalá haya dejado un manuscrito bien avanzado, porque escucharlo narrar la historia me fascinó y estoy seguro que si logra publicarse, esa novela será un legado adicional a los muchos que nos ha dejado su larga trayectoria.

Yo tuve el privilegio de conocerlo hace 37 años y desde entonces gocé de innumerables conversaciones con él. Era un hombre sabio y sensato, lleno de experiencia, de gran cultura y sólidos principios morales.  Fue uno de mis principales consejeros a lo largo de toda mi vida pública. Me lo presentó Piero Astori, el entonces Presidente de la Fundación Mediterránea, el mismo año en que nació esa institución. Néstor Grancelli Chá era asesor de las empresas de Astori  y el hombre de confianza de sus hermanos residentes en Italia.

Cuando me enteré de la experiencia que Néstor había acumulado a lo largo de su vida, comencé a pedirle que me contara sobre su relación con el Presidente Arturo Frondizi. Escucharlo era revivir una etapa importante de nuestra historia, que siempre me había provocado admiración, pero a la que valoré mucho más aún luego de los relatos de mi nuevo amigo.

En otras oportunidades me contó sobre su experiencia como dirigente estudiantil en la década del 40 y en sus peripecias como joven universitario y militante radical durante los dos primeros gobiernos de Perón. Conocía todos los pormenores de cómo Rogelio Frigerio había logrado el apoyo de Perón a la candidatura de Frondizi a la Presidencia y de la gestiones de Ramón Prieto, quien era amigo personal de Néstor y su esposa.

Cuando ocupé el Ministerio de Economía, entre 1991 y 1996, colaboró conmigo en varias funciones importantes. Donde yo quería tener a una persona de mi máxima confianza, nunca dudé en pedirle a Néstor que me representara. Luego me acompañó en la creación y la conducción de Acción por la República. Estuvo conmigo en los momentos de éxito y también cuando llegaron los tiempos amargos. Fue, sin lugar a dudas un gran amigo, de esos que no es fácil encontrar en la vida de un hombre público. Los amigos se multiplican en los momentos en los que uno tiene poder, pero desaparecen tan pronto como se presentan tiempos de adversidad.

Vivió con lucidez y en plenitud sus 94 años. Siempre tratando de hacer el bien. Creo que su muerte sobrevino sin que él lo advirtiera. Sus hijos, sus nietos y todos los que fuimos sus amigos lo vamos a recordar siempre y a pesar de que creo que él era agnóstico, estoy seguro que el Dios de los creyentes lo va a recibir en el cielo con los brazos abiertos. Si me piden que aporte un ejemplo de hombre bueno y sabio, yo no dudo en responder que el mejor ejemplo que conocí  en forma directa se llamó, en vida,  Néstor Grancelli Chá.

16 comentarios en «Nestor Grancelli Cha, un amigo que nunca olvidaré»

  1. Comprendo su dolor. Dejeme decirle que como usted disfrutaba compartir palabras y opiniones con un señor como él, de sólidos principios morales y con una vasta experiencia de la vida política argentina, también para sus blogueros es una exelente experiencia disfrutar del intercambio de opiniones y respuestas a consultas de alguien que vivió y vive nuestra historia y actualidad. Muchas gracias y un abrazo.

  2. Querido Dr. Cavallo:

    Hermoso homenaje al Sr. Dr. Grancelli Chá, que gracias a Usted y al Sr. Piero Astori, tuve el honor de conocerlo y tratar con el Dr. Nestor Grancelli Chá, en la Fundación Mediterránea, una época realmente inolvidable de Sres. Empresarios y Grandes Economistas. entre los que participaba el Dr. un cordial abrazo. Gracias por poder recordarlo.

  3. Dr. Domingo Cavallo, me adhiero a su dolor al recordar al amigo N. Grancelli Cha, un gran hombre. Sano de espíritu y de intenciones.

  4. Estimado Domingo:
    Le agraezco muchísimo este envío, porque, como todos los suyos, hacen reflexionar y profundizar la mirada sobre cuestiones que a veces nos pasan inadvertidas. Nos hace pensar en el valor de los maestros, en un sentido lato de la palabra; muchísimas personas siempre nos pueden transmitir valores y conceptos, aún quienes de menos esperamos. Me parece que mientras existan estos paradigmas y quienes como Ud. siempre estan dispuestos a absorver y potenciar sus enseñanzas, no todo está perdido. Todos los conceptos que Ud. vuelca en su escrito de hoy están confirmados para mi, como simple ciudadano, por nuestra experiencia de vida en nuestra querida Argentina. Frente a tamaña deformación histórica como la que hoy vivimos, no es un mérito menor. Siempre están los «amigos del Poder», que desaparecen cuando las cosas cambian, pero quisiera brindarle a Ud.la satisfacción de saber que muchísimas personas de cuya existencia Ud.no tiene ni noticias, lo
    aprecian y valoran su permanente disposición al servicio de la Patria. Le tomo un minuto para contarle que hace un tiempo, esperando el turno para cobrar la jubilación, como es natural me puse a conversar con las personas que me rodeaban. Al mencionar el tema del valor real que recibimos y comparar con los de su época, sorpresivamente recibí comentarios coincidentes. Pero, ¡qué increible! en voz baja, como para que nadie lo advierta y luego de algunos tanteos al respecto, coincidíamos en la valoración de su obra en lo económico y del Dr. Menem en lo político. Creo que no habrá lavado de cerebro capaz de eliminar el sentimiento íntimo de la gente, aunque por múltiples razones atendibles hoy se prefiera no manifestarlo.
    Tanta gente en el mundo estuvo proscripta u olvidada mucho tiempo y regresó triunfal, que siempre cabe una visión optimista sobre el futuro. No se puede engañar a todos todo el tiempo. A pesar de coincidir con Ud. en la valoración de los asesores de los candidatos y en la creencia de que van a tratar de reavivar el modelo «heterodoxo», me parece que se cae a pedazos y que va a explotar sin posibilidades de sobrevida.
    Gracias por su atención, y ¡a no bajar los brazos!, los maestros así lo quisieran y la Patria lo demanda.
    Jorge Siri

  5. DOMINGO CAVALLO

    Este emotivo recuerdo suyo de alguien mayor nos revive la importancia
    de «honrar y venerar a los ancianos».
    Esta es una de las virtudes sociales junto con la Humildad, el Respeto,
    la Probidad, la Compasión en las desgracias, el Perdón de las injurias y
    la Veneración a los padres.

    Porque los ancianos son depositarios de la experiencia, de aquellos sucesos
    que nosotros sólo conocemos por los libros o el relato.

    Es tanto más que cierto, que se aprende a gobernar escuchando a los
    que nos precedieron y estudiando la historia que recurriendo a meros
    datos estadísticos que sólo reflejan numéricamente un fenómeno económico.
    La realidad no puede conocerse sólo con los datos de la temperatura y la humedad.

    Con esta remembranza de un amigo muerto, Vd. DOMINGO nos ha mostrado
    su intimidad y la transparencia de su conciencia, aunque quizás no se haya
    dado cuenta de todo ello.

    Así lo percibimos aquellos que pretendemos tener un corazón limpio.

    Gracias por compartir con nosotros estos sentimientos.

    PAULINO.

  6. Qué lindas palabras para su amigo, Mingo. A través de ellas Ud. demuestra la clase de persona que es. Y no se olvide Mingo, que tiene muchos más amigos que hemos estado en las buenas y con más razón en las malas con Ud.
    Abrazo grande, y espero algún día conocerlo personalmente. Me gustaría que mi hija pueda conocer personalmente a un hombre que ha trabajado tanto por su patria.

    1. Lo recuerdo Miguel, especialmente a quienes como vos se mantienen en contacto conmigo a través del blog. Un fuerte abrazo.

  7. Gracias Dr. Cavallo por encontrar la palabras justas para expresar el sentimiento de quienes conocimos a Néstor Grancelli Chá.

  8. El Dr. Nestor Grancelli Cha vivira en nuestra memoria de aquellos que tuvimos el gusto de conocerlo, es cierto como dice el Dr. Cavallo «Vivió con lucidez y en plenitud sus 94 años». A principios del año el Dr. Grancelli Cha me recibio y esas tres horas que tuve el gusto de charlar sobre prolifica vida, me dio la impresión de una persona de una gran humildad y servidor por la Republica. Espero poder seguir sus pasos.

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