¿Sabrá Kirchner que mientras le paga al FMI, se eundeuda con los jubilados?

Hoy, cuando leía los dichos del Presidente Kirchner sobre la política de desendeudamiento con el FMI, me surgió la pregunta que elegí como título para este artículo.

Osvaldo Giordano, desde IDESA, viene advirtiendo sobre la deuda que el ANSES está acumulando con los Jubilados [ Ver Artículo 1Artículo 2] . Yo ya lo mencioné en uno de mis artículos anteriores. Pero parece que a Kirchner la noticia no le ha llegado. De otra manera no creo que siga considerando justo cancelar deuda con el FMI para acumular una deuda nada menos que con los Jubilados…!

Lo que está ocurriendo es un calco de lo que ya pasó durante el Gobierno de Alfonsín. No se cumplía con la movilidad de las jubilaciones dispuesta por las leyes entonces en vigencia, y los jubilados no tenían otra vía que el reclamo judicial para hacer valer sus derechos. Las sentencias condenando a la ANSES a pagar salían cada vez más rápido, y la ANSES no las cumplía.

Se daban aumentos a los jubilados que cobraban la mínima, con lo que, hacia 1991, el 70 % de los jubilados cobraban el haber mínimo, aunque hubieran pagado como para tener una jubilación mucho mejor. Hacia fines de 1991 la deuda acumulada con los jubilados ascendía a 18 mil millones de pesos.

La Ley de Consolidación de Pasivos, promovida desde mi Ministerio, reconoció esa deuda y dispuso su consolidación. La saldamos emitiendo Bocones Previsionales por 18 mil millones de pesos. Lejos de ser “bonos basura”, como los había denominado el Diputado Baglini, los Bocones Previsionales se cotizaron sobre la par, con lo que los jubilados pudieron cobrar el 100 % de sus acreencias.

Todo esto ocurrió antes de que reestructuráramos y comenzáramos a pagar la Deuda Externa, a través del denominado Plan Brady, concretado a principios de 1993.

Desde enero de 2002, el Gobierno está acumulando una enorme deuda con los Jubilados que deberían cobrar arriba de la mínima. Esto ocurre porque no se está cumpliendo con la ley de Solidaridad Previsional, que dispuso que anualmente el Congreso de la Nación debe fijar el coeficiente de movilidad de las jubilaciones en la misma proporción que crecen los recursos de la ANSES. Esta deuda ya está siendo reclamada por algunos jubilados ante los tribunales. Y seguramente los juicios se multiplicarán geométricamente.

Es, por consiguiente, un imperativo, comenzar a aplicar de inmediato la movilidad dispuesta por la ley de Solidaridad Previsional y consolidar la deuda ya devengada con los Jubilados. Osvaldo Giordano, que es un especialista reconocido en este tema, ha estimado que la movilidad significa un aumento del 71 % para las jubilaciones que aún no han aumentado y la deuda acumulada hasta este momento asciende a 10 mil millones de Pesos.

Mi primer proyecto de ley, cuando ingrese a la Cámara de Diputados de la Nación, se referirá a este tema. Ya lo tengo redactado y lo he incluído en este sitio [Click aquí] , por si algún Diputado o Senador lo quiere presentar de inmediato. El proyecto también está disponible para que lo haga suyo el Poder Ejecutivo. Exactamente como yo lo hice en 1991, siendo Ministro de Economía de la Nación.

Leche para hoy, hambre para mañana…

La inflación se acelerará no sólo por el intento absurdo de mantener a la moneda permanentemente subvaluada, sino también por la multiplicación de medidas que restringen la inversión y deterioran la productividad.

Los controles de precios y las retenciones a las exportaciones son dos ejemplos típicos de medidas que restringen la oferta futura de bienes y servicios y que agregarán presiones inflacionarias cada vez más fuertes.

El caso de los controles de precios, particularmente ahora que han adoptado la forma de congelamiento de las tarifas pesificadas para los servicios públicos, debería ser bien conocido por los economistas del gobierno.

Durante los 70 y los 80, cuando ellos tuvieron oportunidad de aplicar sus teorías económicas, eran comunes los “tarifazos”. Por supuesto, sobrevenían luego de períodos de congelamiento de tarifas que provocaban desinversión y desabastecimiento.

Lamentablemente, después de las elecciones de octubre, asistiremos a una secuencia de tarifazos que pueden llevar a triplicar los precios de la electricidad, el gas y el transporte público.

El caso de las retenciones a las exportaciones es tan perverso como el de los congelamientos de precios. Y por las mismas razones. Las retenciones, que además de ser muy elevadas para los productos agrícolas, ahora han sido aumentadas para los productos lácteos, desalientan la inversión en sectores para los que existe demanda interna y de exportación. El resultado no puede ser otro que la acentuación del desequilibrio entre la oferta y la demanda.

Ya llegará el momento en que la causa de ese desajuste deberá ser eliminada. Entonces los aumentos de precios serán mucho mayores que los que evitarán ahora.Cualquier economista sensato, que tenga más de 40 años de edad y haya vivido en la Agentina, aún sin gran entrenamiento técnico, debería conocer estos fenómenos por simple experiencia.

Durante las décadas de los 70 y de los 80, cuando los controles de precios y las retenciones estaban a la orden del día, pasamos de la inflación a la stagflación y terminamos en hiperinflación.En particular, entre 1980 y 1990, cuando nuestra moneda se devalúo muchas veces y estuvo predominantemente subvaluada, la producción y las exportaciones se estancaron, no por falta de demanda sino, precisamente, por escasez de oferta. Y la oferta no aumentaba porque no había inversión y la productividad, en lugar de aumentar, retrocedía. Los controles de precios y las retenciones a las exportaciones figuraban entre las principales causas de ese desastre económico.

Es una paradoja, y por cierto algo que vamos a lamentar mucho en el futuro, que el Gobierno de Kirchner, que goza de popularidad gracias a la expansión económica provocada por una elevada demanda mundial de alimentos que tuvimos la fortuna de poder atender gracias a la inversión en infraestructura y tecnología de la década de los 90, esté destruyendo las bases de nuestra prosperidad con controles de precios y retenciones a las exportaciones, las mismas armas de destrucción económica que nos llevaron al desastre durante los 70 y 80.

La Argentina que le gusta a Bielsa

El discurso de campaña del Canciller-Candidato es revelador de la Argentina que lo entusiasma.

Para hablar de la Argentina que deplora dijo textualmente: “La Argentina fue Menem, privatizaciones y vanidad; fue De la Rúa, 20 de diciembre, paredón y después; Rodríguez Saa, default y negligencia”. No incluyó en la lista ni a la Argentina de Alfonsín, proyecto Cóndor e hiperinflación; ni a la de Duhalde, pesificación y devaluación.

La omisión de dos episodios que desdibujaron mucho más la imagen de Argentina que los que él eligió para adornar su discurso tanguero, revela que añora la Argentina de Alfonsín y de Duhalde.

La mención de los premios Nóbel y de otros intelectuales ilustres es un simple recurso escapista en un discurso de neto corte político.No es casual que no haya incluido a los dos ex-presidentes en la lista de la Argentina que deplora. Pertenece a un gobierno que es el hijo no planeado del matrimonio político Duhalde-Alfonsín y está enamorado de la política exterior argentina durante sus respectivos mandatos.

Alfonsín y Duhalde, como Kirchner y Bielsa piensan que la violación de derechos humanos, si es llevada a cabo por Fidel Castro no es condenable. Cuando Castro le bloqueó la salida a Hilda Molina, no les preocupó tanto que la mujer y su familia sufrieran, sino que se hubiera conocido que el dictador cubano les había hecho un desplante, después de que ellos le rindieron pleitesía.

Alfonsín y Duhalde, como Kirchner y Bielsa, piensan que la inversión directa extranjera es indeseable, por lo que no les preocupa que los que deciden inversiones en infraestructura y otras actividades productivas tengan mala imagen del País. Sí les interesan los elogios del FMI y de la prensa financiera mundial, que se deleita cobrando sus acreencias, mientras a los pequeños bonistas italianos, alemanes, japoneses y españoles se los insulta, llamándolos “buitres y especuladores”.

Alfonsín y Duhalde, y Kirchner y Bielsa aún más, sienten admiración por el “nacionalismo” de Chávez, aunque éste haya sido un golpista, haga simulacro de democracia y financie la desestabilización de Bolivia y sus demás vecinos andinos.

Alfonsín y Duhalde, como Kirchner y Bielsa, no consideran que Estados Unidos y Europa merezcan apoyo en su lucha antiterrorista. Han conformado una Corte Suprema de Justicia tan “garantista” que se preocupa por proteger los derechos de los terroristas que cometen delitos en España o Chile, con lo que el país pierde fuerza para reclamar que Interpol detenga a los iraníes sospechados de haber planeado y ejecutado los atentados contra la AMIA y la Embajada de Israel. Cuando una periodista norteamericana critica estas decisiones judiciales de Argentina, no encuentran mejor forma de responder a su crítica que descalificándola, en lugar de usar argumentos válidos.

No es casual que entre la lista de decisiones que en el pasado desdibujaron la imagen de Argentina, Bielsa ni haya mencionado que durante el gobierno de Alfonsín, nuestro País produjo y exportó misiles de largo alcance, verdaderas armas de destrucción masiva.

Tampoco es casual que se refiera a los esfuerzos de la Cancillería por reestablecer relaciones con el Reino Unido y desmontar el proyecto Cóndor, como “hacer trabajar a la Cancillería dos años para poder ponerle un ponchito a Isabel II, la reina de Gran Bretaña". A pesar de que Gran Bretaña es nuestro mayor apoyo en la lucha por la eliminación de los subsidios agrícolas en Europa, el tema comercial externo de mayor importancia para la Argentina, el Canciller-Candidato se da el lujo de subestimar los esfuerzos que llevaron a reparar, aunque sea en parte, las funestas consecuencias de la Guerra del Atlántico Sur.

Será interesante escuchar las respuestas de Bielsa a estas críticas. ¿Será capaz de dejar de lado la descalificación y discutir con seriedad algo tan importante como la política exterior de nuestra Patria?

Artículo en La Prensa:»Este gobierno comete muchos errores»

La Prensa,Lunes 18 de julio de 2005.El postulante a primer diputado nacional por Acción por la República, Domingo Cavallo, cuestionó el estilo de Kirchner y su política exterior. Aspira a formar un bloque con Macri y rescata el nivel de vida de los noventa.Por Pablo S. Otero.

Continuando con las entrevistas a candidatos con vistas a las elecciones legislativas del 23 de octubre, La Prensa conversó con el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, quien se presenta encabezando la lista de diputados nacionales de su partido, Acción por la República. Estará acompañado por su esposa, Sonia Abrazian, Guillermo Francos y Alfredo Castañón, entre otros.Los principales conceptos del ex funcionario son los siguientes

-¿Cómo analiza las elecciones de octubre?-Es absurdo plantearlo como un plebiscito de la gestión presidencial porque una elección legislativa tiene que ver básicamente con las ideas a través de las cuales las personas se sienten identificadas y llevan, de alguna manera, su representación al Congreso.-

¿A que sector de la sociedad piensa que representa o le gustaría representar?-Yo represento a la gente que quiere que el país progrese, espero volver a convencer a los jóvenes para que me voten porque creo que hice una gestión importante en la cual los niveles de bienestar y proyección en el mundo fueron muy superiores a los que existen hoy. Si bien he sido demonizado y se pretendió cargarme todas las culpas de lo que pasó en el 2001 y 2002, yo creo que la gente advertirá que yo traté de evitar lo que lamentablemente ocurrió luego.

-¿Cuáles serán los ejes fundamentales de su campaña?-Trabajar para que no siga devaluada la aspiración de los argentinos, para que recuperemos el deseo y la ambición de un mejor nivel de vida para toda nuestra población, mejores posibilidades para nuestros jóvenes como se daban en la década de los noventa que prácticamente hoy han desaparecido.

-¿Por qué muchos aseguran que los noventa fueron algo ficticio?-Para que la gente ahora se conforme con mucho menos y admita estos terribles niveles de pobreza e indignidad que hay.

-Que opina del gobierno de Néstor Kirchner?-Este Gobierno tiene muchas cosas malas, ha cometido y comete muchos errores, pero el mayor es en política exterior. Esa agresividad e incapacidad para el diálogo constructivo en términos de política exterior es muy negativa. Yo ahora veo muy difícil para Kirchner, aun cuando logre derrotar a Duhalde en la provincia de Buenos Aires, retomar un planteo y un discurso serio y conducente a la buena organización política, económica y social de la Argentina. Este Gobierno ya ha perdido la oportunidad de hacerlo.

-¿Y sobre el estilo K?-Es un estilo agresivo, ofensivo, de romper puentes y de hacer imposible el diálogo. Y así como es malo que apliquen este estilo a la relación con la Iglesia, los militares, con la oposición o con el exterior también es malo que la apliquen en las relaciones internas del Partido Justicialista. No estoy de acuerdo con la agresividad que demostró Cristina en el lanzamiento de su campaña.

-¿Cómo decidió su candidatura a nivel personal y a nivel partidario?-Tenía ganas de volver a la Argentina, me siento mucho más útil trabajando aquí que dando clases en el exterior. Apenas arribé al país un grupo de jóvenes de mi partido, prácticamente, me exigió que me presentara como candidato, yo lo pensé y llegué a la conclusión que valía la pena. En cuanto a Acción por la República, al ser yo su fundador y tener el liderazgo natural, todos se pusieron muy contentos de la posibilidad que liderara la lista de diputados.