Impuestos que acentúan la recesión.

Hay cuatro impuestos que acentúan la recesión: se trata de las retenciones a las exportaciones, los aportes patronales jubilatorios, el impuesto a las transacciones financieras y el impuesto a los ingresos brutos generados por ventas que no van al consumidor final. Una forma inteligente de enfrentar la presente coyuntura recesiva consiste en eliminarlos o transformarlos en pagos a cuenta de IVA y Ganancias.

Las retenciones a las exportaciones que hoy afectan a la producción agropecuaria, industrial y energética, deberían ser lisa y llanamente eliminadas. Son un impuesto de pésimos efectos económicos que además atentan contra la estabilidad porque obligan a los productores a demandar permanentemente la devaluación de la moneda.

El aporte patronal jubilatorio no es otra cosa que un IVA adicional sobre el valor agregado por el trabajo en blanco. Por lo tanto, para evitar que esa parte del valor agregado tribute dos veces, el aporte patronal jubilatorio debería ser tratado como IVA compra, es decir, deducirse del IVA venta facturado por el contribuyente. No hay mejor forma de alentar el empleo formal que introducir este cambio en nuestro sistema tributario.

El Impuesto a las transacciones financieras debería eliminarse o tomarse como pago a cuenta de IVA y Ganancias. Tal como está, es quizás el impuesto más distorsivo que pueda imaginarse y además atenta contra el proceso de bancarización de la economía. La utilización de dinero bancario en la mayor parte de las transacciones es la mejor forma de luchar contra la evasión impositiva, la corrupción y el lavado de dinero. El impuesto a las transacciones financieras alienta la utilización de efectivo en detrimento del uso del dinero bancario. Además afecta los costos de producción en los procesos productivos poco integrados, es decir, en aquellos en los que participan muchas pequeñas y medianas empresas.

El impuesto a los ingresos brutos cobrados por los gobiernos provinciales, cuando se aplican a los sectores agropecuario, industrial, de la construcción y de servicios que no van al consumidor final, tienen el mismo efecto que el impuesto a las transacciones financieras: encarecen los costos de producción, especialmente en los procesos productivos poco integrados. Deberían ser eliminados.

Cuando hay coyunturas desfavorables, la forma más inteligente de enfrentarlas es adoptando las decisiones que conduzcan a una economía mejor organizada. Eliminando estos impuestos, el Sistema Tributario Argentino quedaría conformado por el IVA, el Impuesto a las Ganancias, los impuestos a la propiedad y los impuestos a los ingresos brutos (que operarían como un impuesto a las ventas a consumidor final, es decir, una sobretasa del IVA). Pasaríamos a tener un sistema tributario semejante al de la mayor parte de las economías del mundo que están bien organizadas.

Con la eliminación de estos impuestos se lograría el mayor efecto reactivador posible de una política fiscal expansiva, porque los productores de todos los sectores no se verían obligados a disminuir su inversión en capital de trabajo, que es el componente más recesivo de la demanda agregada, dado que provoca no sólo caída de la demanda sino también de la oferta. Si se mantienen estos impuestos, muchos productores pasarán a tener pérdidas y no contarán con financiamiento para su capital de trabajo. Ni hablar de financiamiento para inversiones en activos fijos.

Si el Gobierno de Cristina Kirchner no se anima a adoptar estas decisiones, la recesión durante los próximos años puede llegar a ser mucho peor que en el período 1998-2002. No me animo a predecir que eliminando estos impuestos se evitará la recesión, porque como explico en mi libro Estanflación hay ya una recesión de origen interno que es inevitable. Pero estoy seguro que medidas como las que menciono en este artículo atenuarían mucho el impacto recesivo adicional sobre nuestra economía de la crisis financiera global.

Mi conferencia en La Sorbona

Acabo de llegar a Buenos Aires luego de una visita de seis días entre Bogotá y Medellín, tres días en New York y dos días en París. Mi actividad en esas ciudades fue tan intensa que casi no tuve tiempo de estar en contacto con los visitantes de mi blog, salvo para responder comentarios con mayor tardanza que lo habitual. Les pido disculpas.

Ahora, que finalmente pude sentarme ante mi computadora en la comodidad de mi oficina, encontré 60 mensajes no respondidos y antes de contestarlos voy a postear este breve comentario.

En París, además de integrar el tribunal de una muy buena tesis doctoral en la Universidad de París-Evry, actividad académica que me insumió alrededor de seis horas durante el lunes 8 de Diciembre, fui a dar una conferencia a la Universidad de París-Panthéon Sorbonne invitado por la recientemente creada «Cátedra de las Américas». Cada vez que paso por París acepto las invitaciones de esa prestigiosa universidad, que en 1999 me concedió el gran honor de otorgarme un Doctorado Honoris Causa.

La conferencia se realizó. Participaron alrededor de 70 estudiantes de los programas de maestría, de nacionalidades muy diversas y tuve oportunidad de reencontrarme con viejos amigos, no sólo Guillermo Hillcoat, Profesor de París 1 y Director de la Cátedra de las Américas sino también, entre otros, con Gerardo Della Paolera, Profesor de la Universidad Americana en París y anterior rector de esa Universidad y de la Universidad Di Tella en Argentina. Además de hacer mi presentación sobre el tema «Políticas monetarias en economías emergentes frente a la crisis financiera global», respondí varias preguntas muy interesantes de los estudiantes y un comentario muy inteligente del Profesor Fabrizio Coricelli. La conferencia, incluidos el comentario y las preguntas y respuestas se extendió por casi dos horas y fue seguida con mucha atención por los participantes. El sitio de la Cátedra de las Américas tiene una descripción y un registro gráfico del evento, que desmiente la afirmación del pequeño grupo de revoltosos argentinos que trataron de impedir la realización de la conferencia.

Los lectores de este blog habrán seguramente visto en los diarios y medios audiovisuales de Argentina la crónica, no de la conferencia pero sí del «escrache a Cavallo». Que así saliera la noticia en los medios locales era el objetivo de este pequeño grupo de manifestantes que se dicen defensores de los derechos humanos, pero que no trepidan en utilizar la estrategia nazi-fascista de impedir que se expresen quienes no opinan como ellos. Pero no lograron que la conferencia se suspendiera. Afortunadamente la Universidad de Paris tiene los recursos para impedir que en su ámbito un grupo de argentinos fanáticos e intolerantes coarte la libertad de expresión, una libertad tan cara a la tradición francesa de defensa sincera y comprometida de los derechos humanos.

Presenté mi libro «Estanflación» en Buenos Aires

Estuve tres días en Buenos Aires para presentar mi nuevo libro. El día de mi arribo, domingo 23 de noviembre, salió en La Nación un reportaje que me había hecho por teléfono Jorge Oviedo. Ese mismo día estuve en el programa Hora Clave, de Mariano Grondona. Abajo aparecen los videos digitalizados:

El lunes 24 estuve en el piso de radio Continental, participando en el programa de Victor Hugo Morales. Para quienes quieran escuchar lo que dije, aquí está la grabación:


http://www.soundlantern.com/UpdatedSoundPage.do?ToId=23002&Path=null

El martes presenté el libro en el Club del Progreso. Uno de los invitados amablemente lo grabó en video, y aunque no se ve muy bien en Youtube, agrego los links por si alguien lo quiere ver.

http://www.youtube.com/watch?v=EavYwLB69dE

http://www.youtube.com/watch?v=BMWR43ItTWY&feature=

También respondí varios reportajes telefónicos de radios de Buenos Aires, Rosario y Córdoba, pero no tengo las grabaciones digitalizadas. De todos modos mis respuestas no fueron diferentes a las que dí en el reportaje de Victor Hugo Morales.

Finalmente, el miércoles 26 estuve en dos programas de televisión. El de Osvaldo Granados en Metro, cuya versión digitalizada aún no tengo y en el de Clara Mariño en Canal 26, que también agrego a continuación:

Si han llegado a esta altura del post, comprenderán porqué esta semana no pude escribir nuevas notas. Pero me hice tiempo para responder todos los mensajes que llegaron a mi blog, aunque pido disculpas a los visistantes por algunas demoras. Ahora estoy en Colombia y espero retomar el contacto con mis lectores con nuevas notas, que subiré tan pronto como las termine de escribir. Muchas gracias.

«Estanflación», título de mi nuevo libro

Acompañando a este título aparece el subtítulo: «Inflación con Recesión», como definición del término «Estanflación». Y más abajo, una síntesis del objetivo del libro: explica  «cómo evitar un nuevo «Rodrigazo» y otros peligros de la economía Kirchnerista».

Rosendo Fraga ya ha incluído una reseña del libro en su sitio, la que quiero compartir con Ustedes, porque seguramente es mas objetiva que la que podría escribir yo.

Mañana saldrá en La Nación un artículo sobre el libro, con un breve reportaje que me hizo por teléfono Jorge Oviedo para el suplemento económico. También mañana espero hablar sobre su contenido en el programa Hora Clave que conduce Mariano Grondona en C5N.

Espero que sirva para entender los riesgos que enfrentan nuestra economía y nuestra sociedad y la estrategia que debería seguirse para evitarlos y poder retomar con éxito el camino de la estabilidad y el crecimiento sostenido, en una sociedad menos conflictuada y mas esperanzada.