El Desembarco de China en América Latina



Entrevista a Domingo Cavallo de Carolina Barros exclusiva para Analítica.com
Martes, 18 de agosto de 2009

Domingo Felipe Cavallo, dos veces ministro de Economía de Argentina (1991-96 y 2001), visita periódicamente China, invitado por entidades financieras o por el propio gobierno en Beijing. Conoce bien hacia dónde va el gigante asiático al que hoy todos miran como termómetro de la economía mundial. Con 1300 millones de habitantes, de los cuales 338 millones son usuarios de Internet (supera a la población total de EE.UU.), sin pausa, China sigue creciendo. También en los números: este año, a pesar del ‘parate’ global, su PBI aumentará 8.5 %, luego de que el gobierno de Hu Jintao lanzase un plan de estímulo interno con u$s 586.000 millones. Las reservas internacionales del Banco Central alcanzaron el mes pasado los u$s 2.13 billones (trillones en inglés). Se estima que 70% de esas reservas están en títulos y bonos del Tesoro norteamericano, hecho que encadena a China a la suerte de la economía estadounidense. De allí que el gobierno de Beijing haya pedido, semanas atrás, la creación de una moneda especial para reservas internacionales. Despegada del dólar, claro.

Para Domingo Cavallo, en cambio, puede haber otra solución para las reservas. Retirado hoy del escenario político argentino, como consultor financiero internacional sigue siendo, todavía, un cruzado ‘antiinflación’ como en los 90. Por eso es que recomienda a los países acreedores de EE.UU., y especialmente China, a que “exijan de Washington un ‘swap’ nominal de bonos, letras y títulos del Tesoro norteamericano por instrumentos ajustados a inflación”. Es, según este economista doctorado en Harvard, una salida fundamental para la alianza China-EE.UU. o G2.

En cuanto a Sudamérica, para su desembarco comercial e inversiones, China busca países confiables. Una categoría a la que, como dice Cavallo en esta entrevista exclusiva para Analítica, varios países de la región no califican. Especialmente la Argentina de los Kirchner.

Puede ver la entrevista completa en Analítica.com

Viajo a China y a Indonesia

 

Luego de pasar unos días en Washington, hoy salgo para China e Indonesia. En Beijing voy a participar en la conferencia organizada por el Instituto de Finanzas Internacionales  " y en Bali, Indonesia, debo hablar sobre América Latina en la Conferencia organizada por el Banco Central de Indonesia. Enviaré mis impresiones desde ambos países, y también contestaré los comentarios que reciba, aunque deberé hacerlo por e-mail a través de Felipe Murolo, porque  en el pasado, en China, encontré dificultades para acceder a WordPress.

Entre paréntesis, aprovecho para comunicar a mis lectores que acabo de subir a la página de Artículos en español la traducción de Fernando Diaz de un artículo que escribimos con Joaquín Cottani en 2004: Debería China apreciar su moneda? . A pesar de tener 5 años de antiguedad (estaba en la página de artículos en Inglés desde aquel año), el artículo tiene plena vigencia. Tal como se proponía en ese artículo, China ha avanzado mucho en liberalizar las decisiones de inversión de su alta tasa de ahorro interno, pero aún tiene un camino por recorrer en esa dirección. 

China y los EEUU buscan cooperar para sacar al Mundo de la crisis.

La solución de la crisis financiera que se inició en los EEUU pero que ahora se ha transformado en una crisis económica global, sólo se encontrará si se acentúa el espíritu de cooperación entre las naciones del  mundo que se pregona en los pronunciamientos de los líderes nacionales del Grupo de los 20 reunidos en Nueva York, el año pasado y en Londres hace pocas semanas.

Ojalá esa voluntad de cooperación se acentúe en la reunión cumbre inter-americana que está por realizarse en Trinidad Tobago. Es muy importante que en esta reunión predomine un clima de unidad y de respeto mutuo que revierta el clima disolvente que se vivió en la cumbre anterior, realizada en Mar del Plata. Como nuestro gobierno tuvo mucho que ver con el fracaso de aquella cumbre, es importante que en las actuales circunstancias Cristina Kirchner asuma una actitud diferente a la que en aquella asumió Nestor Kirchner. La presencia de Barack Obama como Presidente de los EEUU en lugar de George Bush, el Presidente al que se destrató en aquella oportunidad, le da a nuestra Presidenta una excusa de consumo interno para diferenciarse de la actitud anti-diplomática y grotesca que caracterizó a la postura de su esposo en la reunión de Mar del Plata.

China y los EEUU le están dando un buen ejemplo al Mundo. Sus sistemas políticos no podrían ser más diferentes. Sin embargo, ambas naciones están asumiendo una actitud responsable. China se avino, desde el inicio de la crisis financiera en los EEUU, a poner en marcha un ambicioso programa de expansión fiscal, claramente complementario del programa necesariamente más restringido que, por su ya elevado déficit fiscal, podían impulsar los EEUU. En Noviembre del año pasado trasmití a mis lectores mi visión de la crisis global vista desde los EE y vista desde China. Destaqué que los chinos ven a la crisis global como una oportunidad para corregir desajustes. Desde entonces China y los EEUU han actuado precisamente como yo visualicé que lo harían casi seis meses atrás.

Los chinos han manifestado, con sinceridad, su temor de que los EEUU terminen licuando sus deudas a través de una inflación mundial impulsada por una emisión descontrolada de dólares por parte de la FED, el Banco Central de los EEUU. Tienen razón en estar preocupados porque ellos tienen casi 2 billones de dólares de reservas (2 millones de millones o 2 trillions, en inglés). Si ellos intentaran canjear esos dólares por Euros, por ejemplo, provocarían la caída del dólar y el efecto inflacionario que los preocupa y además harían que aumenten las tasas de interés en los EEUU, acentuando el clima recesivo mundial. Por eso han planteado una alternativa muy constructiva: que los propios EEUU se avengan a un canje de los dólares que tienen los países como reservas por Derechos Especiales de Giro (DEGs). Los derechos Especiales de Giro son una moneda de reserva cuyo valor resulta de una cesta de monedas que además del Dólar, incluye Euros, Yenes y Libras Esterlinas.

Si Estados Unidos aceptara este canje, pasaría a tener una parte de su deuda pública en DEGs, en lugar de deber sólo en dólares. El monto de la Deuda pública de los EEUU en DEGs sería equivalente al monto actual de las reservas de dólares de los países que solicitaran el mismo canje que propone China. Posiblemente ascendería a entre 3 y 4 billones de dólares. Al pasar a deber en DEGs y no en dólares los EEUU estarían limitando su habilidad para licuar su deuda, es decir, estarían enviando señales claras de que la FED seguirá empeñada en mantener baja la inflación en los EEUU. Además sería una forma de que EEUU de el ejemplo en el compromiso asumido por todos los integrantes del G20 de no recurrir a devaluaciones competitivas de sus respectivas monedas nacionales.

Por supuesto que una vez producido este canje, estarían sentadas las bases para transformar a los DEGs en la moneda de la economía global. A partir de allí, será más fácil lograr la cooperación de todos los países del mundo para mantener baja la inflación a escala global y estarían sentadas las bases para que la expansión monetaria necesaria para atender situaciones de iliquidez en las economías emergentes pudieran decidirse en un Banco Central Global y no requiriera decisiones extraordinarias como las adoptadas por  el G20 en la reunión de Londres.

Las señales enviadas tanto por el Gobierno de China, como las que con menos contundencia pero con la misma vocación dialoguista está enviando el Presidente Obama, permiten alentar el optimismo.

El acuerdo de canje de monedas con China es positivo

El gobierno cometió y sigue cometiendo tantos errores, no sólo de política económica, sino, lo que es más grave aún, de organización económica, que la primera reacción de la mayoría de los analistas económicos, frente a los anuncios de los funcionarios, es siempre negativa. Yo no quiero caer en esa actitud prejuiciosa, porque es tan perjudicial como la actitud complaciente de quienes se sienten obligados a apoyar cualquier cosa que el gobierno decide.

 

El Banco Central de la República Argentina y el Banco Central de China han acordado un mecanismo de crédito recíproco que se denomina “swap” (canje) de monedas. Esto significa que el Banco Central de China está dispuesto a entregar yuanes (su moneda) y aceptar pesos en pago, a los que mantendrá en su activo, por una cifra que en tres años puede llegar a equivaler 10 mil millones de dólares. Como nuestras importaciones desde China son del orden de los 6 mil millones de dólares, eso significa que están dispuestos a financiarnos el 50 % de las compras de los próximos tres años. No está claro cuál es el plazo de ese financiamiento, porque no se conoce, o al menos yo no pude aún leer la letra chica del acuerdo, a partir de que fecha puede China usar los pesos que tendrá en su poder para pagar nuestras exportaciones a ese país, que son algo superior a los 7 mil millones de dólares. Si, por ejemplo, los Chinos pudieran pagar de inmediato por lo que nos compran con los Pesos que reciben en canje, entonces no habría financiamiento sino sólamente comercio entre ambas naciones con un mecanismo de pago recíproco que no involucra el uso de dólares y, como nosotros tenemos superávit comercial con ellos, podríamos llegar a estar obligados a aceptar que nos paguen el saldo con yuanes en lugar de hacerlo con dólares. Pienso que se debe haber negociado una asimetría favorable a la Argentina y, por lo tanto, hay financiamiento de por medio.

 

Pero más allá de estos detalles técnicos, lo importante es que nuestro País demuestra estar interesado en acentuar la relación económica con China, algo que hasta ahora, por las señales que venían enviando las restricciones a nuestro comercio exterior, no parecía acontecer. Por supuesto que hubiera sido deseable que junto a este canje de monedas se anunciara la iniciación de las negociaciones para la firma de un tratado de Libre Comercio entre Argentina y China, como el que ya acordó Chile y como los que vienen negociando Perú y Colombia. Pero al menos estamos entre los pioneros de este acuerdo monetario, junto con Malasia, Corea del Sur y Pakistan…lo que no es poco.

 

China va a emerger de esta crisis global como un espacio económico mucho más relevante que en el pasado. Será muy importante como socio comercial, como inversor y financiador de inversiones y también participará activamente en la creación del sistema monetario y financiero global del futuro. Va a ser un mercado importantísimo para toda nuestra producción agroindustrial y la de aquellos productos manufacturados para los que consigamos ventajas comparativas basadas en la abundancia de recursos naturales y en la habilidad de nuestros recursos humanos, podrá ser un proveedor importante de bienes de capital que nosotros importábamos anteriormente de Europa, EEUU o Japón. Es asombroso cómo China está avanzando en la producción de bienes de capital de la más alta tecnología, especialmente en el rubro de la energía y las comunicaciones.

 

Claro que para poder aprovechar estas oportunidades que se nos abrirán en el futuro, es muy importante que cuanto antes el gobierno elimine los impuestos distorsivos que desalientan la inversión y la productividad tanto en los sectores más eficientes de nuestra agricultura y ganadería, como de nuestra industria, de nuestra infraestura y de nuestros servicios. Es lamentable que se sigan cobrando retenciones a las exportaciones, un impuesto que ningún país serio utiliza, porque, luego de la prohibición de exportar e importar, es la mayor traba al comercio exterior que puede imaginarse. Ojalá la misma inteligencia demostrada en detectar esta oportunidad de estrechar lazos con China a través de los bancos centrales, permita pronto remover el mayor factor de discordia e ineficiencia que hoy afecta a nuestra economía.

 

Perú, firme en su buen rumbo

Perú cambió su organizacion económica a principios de la década del 90 en la misma dirección que lo hizo nuestro país y, prácticamente, por las mismas razones: como Argentina, el Perú había vivido años de alta inflación con estancamiento y terminado en hiperinflación. Consiguió, desde entonces, vivir con baja inflación y recuperar el crecimiento económico sostenido.

A pesar de que el Presidente Fujimori, que inició el cambio, fue muy criticado por sus manejos políticos y por la corrupción de su gobierno, como ocurrió en Argentina con el Presidente Menem y que, como en nuestro país, hubo un período, al final del Gobierno de Fujimori, en que la economía entró en recesión, los gobiernos que reemplazaron a Fujimori, primero el del Presidente Paniagua, luego el del Presidente Toledo y ahora el de Alan García, mantuvieron las mismas reglas de juego para la economía. Nunca se produjo en Perú un quiebre institucional, en materia económica, como el que significo en nuestro país el Gobierno de Duhalde y nunca se destruyeron las reglas de juego de la economía como, luego de Duhalde, continuaron haciéndolo Nestor y Cristina Kirchner.

La continuidad de políticas económicas y el respeto de las reglas de juego de una economía de mercado, abierta al mundo y con estabilidad monetaria, están produciendo un rédito evidente para el pueblo del Perú. Hace algunas semanas pasé dos días por Lima, de regreso a la Argentina y pude constatar el clima de prosperidad económica que se vive, no solo a la vista del viajero que no había visto la ciudad desde varios años atrás, sino a través de los comentarios, tanto de humildes trabajadores como de encumbrados empresarios. Y esa percepción la tuve a pesar de que Perú estaba en medio de una crisis de su gabinete por denuncias de corrupción. Claro que el Presidente Alan Garcia, lejos de desmerecer las denuncias, respondió removiendo a los ministros sospechados y mandó a investigarlas sin ninguna reserva. Qué diferente al clima que encontré en Argentina unos pocos días después!

Hoy he leído en los diarios que Perú acaba de firmar un acuerdo de libre comercio con China, muy parecido al que en forma pionera firmó el año pasado la República de Chile. El Presidente Chino, Hu Jintao, anticipó un día su visita a Lima, originariamente programada para participar en la importante reunión de APEC (Comisión Económica Asia Pacífico) que se esta llevando a cabo en esa ciudad, precisamente para firmar este acuerdo de libre comercio. Lo hizo acompañado por una impresionante delegación de empresarios y funcionarios chinos de mas de 600 personas.

Perú ya había conseguido que el Congreso de los EEUU aprobara el tratado de libre comercio con el país del norte, semejante también al que hace algunos años firmaron Méjico, Chile, Colombia y casi todos los países de Centroamerica y del Caribe. (El acuerdo entre Colombia y EEUU aún esta pendiente de aprobación en el congreso norteamericano y constituirá un test sobre la vocación del Presidente Obama por apoyar el libre comercio). Además, Perú y Colombia ya consiguieron que la Unión Europea esté dispuesta a negociar el tratado de libre comercio con estos dos países y no con la CAN (Corporación Andina de Naciones, que integran además Bolivia, Ecuador y Venezuela) como se había condicionado anteriormente por la Unión Europea. Esta decisión de la Unión Europea es muy promisoria porque remueve el obstáculo que significaba la negativa de Bolivia, Ecuador y Venezuela a avanzar hacia el libre comercio.

En síntesis, Perú esta siguiendo los pasos de Chile al mantenerse como una economía de mercado, abierta y estable, con acuerdos de libre comercio con todas las regiones y naciones importantes del mundo. Méjico, Colombia, Brasil, Uruguay y casi todos los paises de Centroamerica y el Caribe, están siguiendo el mismo camino. Las únicas que estan encerrándose y aislándose cada vez más, con graves consecuencias estanflacionarias, son las economías de Argentina, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Venezuela, naciones que han aceptado seguir el rumbo del Comandante Chavez en su temerario viaje hacia el «Socialismo del Siglo XXI». Viaje que terminara retrotrayendo a nuestras naciones a las peores experiencias de populismo y aislamiento internacional que caracterizaron a las penosas décadas del 70 y del 80, del siglo pasado.